OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Vered (9)

 



Vered…

Caía la tarde sobre las dunas amarillentas del desierto…

El midbar cual hornillo imperecedero, despedía su vislumbre radiactivo, causando la distorsión de perspectiva, en que pareciendo interminable, más allá, dibujaba a la vez, sin trasfondo y en el aire, imágenes particulares  que Vered veía adentro, y proyectaba como visiones inexistentes pero reales, mientras el sol se despedía despacio, sobre las crestas  pedregosas de las macizos gastados…

Picos enhiestos, como dedos indicativos de imploración a Yahvé… dejando pasar la luz cada vez más brillante de la luna nueva… que aparecía deslumbrante, al sud oeste, sobre la montaña sagrada…

En la lejanía, las tribus se organizaban con lentitud, en otro día más de aquel  Nisan…

Sentada sobre un peñasco,  Vered entonaba canciones de alabanza, mientras miraba al sarón extenderse, escuchando el tintineo del cencerro de las cabras, anunciando que era momento de volver a su morada…

Más allá, el arabah salitroso, se perdía en el denso macizo imponente, caudal de aguas muertas… donde el tumultuoso torrente del  río Nehar HaYarden, vaciaba sus aguas… las primeras de aquella primavera promisoria…

Vered contemplaba, y desde su silencio interior, veía los chacales, y pelícanos, disputarse lo hondo y profundo del cielo… y en un momento, en lo profundo de su corazón, deseo volar, tan alto y lejos, como aquellas aves, que rodeando en círculos el vergel del sarón, extendía su vuelo sobre el arabah y el midbar…

Sus amplios vuelos, formaban círculos y semicírculos  gloriosos, y Vered pensó, casi tan perfectos como sería tal vez, la mismísima corona de Yavhé…

Deseó volar donde el ejército de ángeles  indicado por el masiah, sin dudas acompañaban  a Yahvé, desparramando las alforjas llenas de semillas para todas las aves del río de la vida…

Masiah había sido bautizado allí, así es que sin dudas, Yahvé prefería esas aves, antes que  a ninguna otra de la tierra… y su corazón volaba dentro de su pecho, como una de ellas…

Somnolienta, tomó su alforja y su vara, disponiéndose a bajar…

El casquete de luna nueva, resplandecía sobre las aguas turquesas que a esta hora, se volvían cada vez, de un azul más profundo…

Y fue que Yavhe escuchó al corazón de Vered … y bajó el ejército celestial sobre las aguas muertas… y desde su superficie llamaron con murmullos de aguas cantarinas…

Y Vered tuvo el atavío de las aguas cristalinas que bajan tumultuosas de la montaña sagrada

También le fue concedido el deseo de reinar en los cielos… siendo desde entonces,  llamada Mazzaroth…

Pero para que su reinado no fuese opaco en la soledad de la noche,  puso en su corona la brillantez de muchas estrellas,  y a su lado,  al último pastor de Rahab…

Desde aquel día, Massaroth y Rahab, se ríen sin cesar en su amor inmenso y único… y al llegar el nisán, sobre las caudalosas aguas cristalinas del Nehar HaYarden, alumbran las sensibles figuras y  cantos, de los pastores de Judea…

Vitelmina Ahuir


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