Sueño sin Sueño (2)
Sueño sin sueño...
( Fantasía realidad)
Estuve conmigo en el silencio, entornando los ojos, y así sin quererlo, no supe cómo, pero abrí una puerta que no estaba afuera, sólo y sencillamente en mí… entré en mi corazón…
Mi cerebro canturreaba la dulce sinfonía de los salmos, esos que aprendemos de niños, sin un contexto de entendimiento, pero que sin embargo de tanto oírlos dentro de nuestra propia memoria, lentamente, ese proceso desde el recuerdo a la imagen y de la imagen al recuerdo, se va asimilando como un juego eterno de verdades absolutas…
No sé si me dormí repitiendo o la repetición abrió la puerta, pero alguien dentro de mí coreaba con canto de niños:
_“Al oriente puse un árbol…”_ Y allí estaba, el árbol de mi vida…
_¡¡¡Cuántos frutos!!!_ Me dije_ De todo tipo, tamaño y color… Algunos maduros, casi diríamos mustios, secos, sin haberse cosechado y consumido…
Y seguí mirando…
Otros estaban a punto para ser disfrutados, algunos aún verdes, pero la sorpresa mayor, es que aún quedaban flores…
De repente pensé, que las flores eran las menos, que no había demasiado para esperar, y me angustié… pero al ir despacio, limpiando aquellos frutos que ya no podían consumirse ni rescatar, y que sólo servían para cargar las ramas de peso sin sentido, miré sorprendida que las flores eran mucho más de las que parecían estar allí… al principio…
_Un poco más Señor Dios del Universo, permíteme mirar un poco más_ supliqué…
Y de repente, el bosque de la vida se abrió ante mis ojos…
Ya estaba tan a gusto, que no sabía si era un sueño o un atisbo de la realidad, pero mi cerebro me invitaba, diciendo:
_¿Qué es la realidad sino un sueño que se traza o complementa con fragmento de substancia…?
Y ante esa invitación que no podía declinar seguí fantasoñando… energía mezcla de fantasía y sueño… que me permitió atreverme a ver un poquito más…
_Estamos en primavera_ Me dije, pero a la vez el cerebro me corrigió:
_ Aquí no existe el tiempo, esto es el confín o el génesis donde comienza la realidad…
Y como no comprendía, le volví a preguntar a mi cerebro:
_ Cuál es la realidad entonces, estoy en la realidad, o la realidad es eso que miraré cuando me haya ido de este lugar…
Escuché claramente como mi cerebro se reía de mi misma… pero seguí sus instrucciones y seguí contemplando…
Mantos de escarcha derretidas sobre las flores…
_Sin duda, auque tú me digas que aquí no existe el tiempo, es primavera que se anuncia glamorosa…_ Le insinué…
_No te das cuenta?_ pregunté_ Fíjate, los pétalos de las flores despiertan cual crisálidas transformándose…
_Abren sus capullos a la luz del sol, que irradia con los más cálidos, dorados y puros rayos…_ Seguí admirando, mientras afirmaba…
Entonces nuevamente este instructor dentro de mí, con amorosa y cantarina risa, volvió a decirme:
_Estás entendiendo la apertura de saber, qué es amar…
_Te estás dando cuenta que amar es contemplar y compartir… y todo vive y vibra al unísono…
Entonces pude sentir a mi corazón como un suave capullo de vida que se atrevía tímidamente a concebir el calor de ese sol…
Pero algo, estaba en pugna con esa armonía y volvió a poner un pero… y retorné a preguntar…
_¿Pero si esto es el tiempo sin tiempo… cuando se abren las puertas para venir, cuando puedo venir aquí, cuando…? _ Sostuve con angustia
Y no supe cómo terminar de formular la pregunta… porque nuevamente la risita contagiosa estaba allí, diciendo:
_¿Qué te preocupas…? Esto es hoy, aquí y ahora, coordenada eterna de la felicidad inefable…
_¡¡¡Felicidad!!! Rumió farfullando la mente, riéndose socarrona y enfermiza…
_¡¡¡Qué de voces!!! ¡¡¡Cállense!!!_ Ordené
El cerebro me mandó un tibia sonrisa y la mente, un mohín de disgusto…
_Cuántos personajes viven aquí?_ Pregunté…
El cerebro respondió:
_¿Y cuántos pretendes tú que existen…? Eres una multiplicidad…
_¡¡¡Multiplicidad!!! me dije!!!
_¡¡¡Imposible!!! Yo soy yo, yo soy el que soy…_ Me escuché diciendo
Pero la voz seguía diciendo multiplicidad o caos, son una misma cosa…
_No quiero el caos_ Supliqué una vez más…
_¡¡¡Quiero orden!!!
Y así, vi por primera vez el orden de las cosas…
La verborragia estaba deteriorando mi sueño… y un ruego profundo, acalló las voces…
Solamente, me dediqué a sentir el aroma de las flores, su textura, su color y hasta me di el tiempo de probar su sabor, aunque ni siquiera ninguna de ellas había rozado mis labios…
_Estoy desvariando_ Me dije…
Y fue entonces que lo ví…
_¡¡¡Querido y cansado centauro de mis días…!!!
Al acercarme a él, este se confundía con el follaje, entre los árboles…
Eres un unicornio azul, ese que dice ser mi alma, esa parte de mí que no podía ver desde que era niña, inocente e la existencia…
Y la alegría rompió en áurea contorsión de caleidoscopios de colores…
El tierno animalito me contemplaba a prudente distancia… temeroso…
Un suave relincho de bienvenida…sin atreverse a acercarse demasiado, pero aún así bajaba despacio desde un arco iris de colores… con mirada lejana y profunda…
A pesar de la desconfianza, se acercó a mi mano, prendiendo unos granos de azúcar…
Y le di azúcar, le dí la miel que tenía guardada de todas las vidas, y de todas las horas… y fue, que pude acariciar su suave piel de manto de cielo, confundirme con su mirada de estrellas relucientes y logré mirar, las tierras lejanas, esa que se llama tierra prometida…
Es casi imposible pensar, que nos paseamos un sin fin de vidas, buscando la noble paridad de los sueños… pensando que los sueños son de otros y para otros, y que nunca se hicieron para uno…
Pero cuando lo vi parado allí, detrás del árbol, en aquel bosque encantado, supe que poseía el logro del objetivo de toda esta existencia, y de muchas otras…
Hube encontrado el talismán de la larga vida, y el frenesí de la alegría…
De repente miré mis pies, ellos estaban casi desnudos y sangrantes… sus zapatos gastados y plasmados en su capellada, la silueta y figura de miles de caminos andados, y evalué que la tierra de las vicisitudes quedaba, atrás…
En un impuso irrefrenable, me monté en su suave lomo, y acomodándose a mi peso, abrió sus grandes alas llevándome a conocer lo que siempre había buscado… el puente mismo del infinito, la unión misma con mi alma, y ella estaba ahora completa…
Había logrado mirar con tus ojos, había logrado respirar con tu aire, había sentido lo que siente tu corazón, había logrado pensar con tu pensamiento y así también hube visto, que las cosas en este plano no se fabrican, se presienten, se alimentan, se cuidan, y por sobre todas las cosas, se respetan…
Simple y sencillamente, se aman…
Comprendí en ese instante, que tú y yo somos eso, el puente, el infinito, la completitud en la diversidad…. Y que jugarse no es juego, es pisar la certeza…
Cuando se tiene la certeza de ser Uno con el todo, en la diversidad de las expresiones de la substancia… sólo existe la corrección amorosa, y el aprendizaje de dos pares de opuestos…
Que el reencuentro en tiempo y espacio, es la concresión y premio después de peregrinar en el "desierto"... y así preparo mi corazón para volver a verte... en la certeza de amarte...
Y así fue, que abracé el cuello de mi unicornio azul, pero ya no era su cuello, estaba sosteniéndome de tu cintura, apoyada en tu espalda, y la brisa nos daba en la cara, con perfumes de flores, de flores de eternidad absoluta, porque la eternidad es eso… la completitud del encuentro con una parte de uno mismo…
Vitelmina Ahuir