OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Geometría y Nombres

Retomando la exposición, respecto de la geometría sagrada y los Nombres Sagrados:

Diremos que Adonai (en plural) deriva del singular Adon (Señor); lo que nos infiere a pensar, que los amos son “legión” como “legión” son los súbditos, viviendo dentro de en “una sola impronta…”

Cada Nombre Sagrado es una manifestación del Uno, o una faceta del Uno…

Que la impronta del Uno se ejercita en crear y renovar; en recrearse y expandirse; tal como el humano inhala y exhala, la impronta crea y renueva…

“El ejército de Dios” es legión, conocidos como “energías angélicas”, y cada uno de esa legión, domina o rige un panorama o aspecto dentro del “Árbol de la vida”; el que entenderemos como sucesión de dimensiones, convirtiendo al Todo en Multi dimensión; más, dichas dimensiones convergen en algún punto, haciéndose funcional al Todo…

Si tomamos por ejemplo a las ramas de un árbol, veremos que la inserción de las mismas al tronco, e incluso la de las hojas dentro de la rama, existen en circunvolución, o ascensión en espiral; la que hemos venido detallando…

Dentro de la construcción o inserción de semillas que se ordenan dentro del girasol, en las piñas de las coníferas, etc. lo contemplaremos igualmente…

La espiral, que supone a la circunferencia sin “cierre”, en concurrencia con otras,  refiere a los 360º; lo que nos permite inter relacionar múltiples “detalles”…

Ejemplo:

El sistema métrico decimal egipcio, que se hallaba asociado en base a 20, (totalidad de dedos humanos), distinguía entre muchas otras medidas al codo real y al iteru…

La principal unidad de medida lineal se conocía como Codo Real, con una mensura de 0,524 m. de longitud…

Esta medida se subdividía en “siete palmos de cuatro dedos cada uno”, dando así, 28 dedos, dentro de un codo real…

 Esta unidad de medida se ha utilizado desde al menos la III dinastía egipcia, alrededor del año 2700 a. C.

Veinte mil codos reales de 0.524 metros cada uno, formaban un Iteru o medida “río” (Por el río Nylo); 360 iterus correspondían  3772.8 kilómetros…

U otra manera: 20000 codos reales, por 360 grados es igual a 72. 000 y el doble o ejercicio de la dualidad, 144.000…

Similitud a la proporción Fibonacci:

0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,233,377,610,987,1597… etc.

De esta interrelación resulta que 360 iterus o ríos, representaban 3.772,8 km con una aproximación del 99,9992 por ciento…

Bueno es recordar que: el 377 es el número ordinal 14 dentro de la Serie de Fibonacci, a partir del uno...

Antiguamente, la palabra iteru, tanto para egipcios como para griegos, simbolizaba el ir hacia “adelante”, avanzar…

Si partimos de la multiplicación de un codo real por 20, y otorgando los ceros de “tres” niveles, nos lleva a pensar en 10,480 o más específicamente a 10,472 kilómetros de un iteru…

Todas las elucubraciones matemáticas, por lo inmensas, invitan a comprender, tal vez, que esta civilización conocía la distancia al sol; la perpetua relación de nuestro sol con Sirio, la estrella más importante de la constelación del Can Mayor; siendo ella la estrella más brillante del firmamento nocturno…

Siendo Sirio un sistema binario compuesto por “dos estrellas”, Sirio A y Sirio B, que giran la una sobre la otra con un periodo orbital de 50 años y 33,3 días…

Además, si las pirámides fueron construidas con éstas medidas en proporciones semejantes, a las descriptas:

¿Nos dejaron  los egipcios un modelo “maqueta” señalizando de éstas dimensiones?

Localizar a Sirio no es difícil, ya que entre mediados de verano y principios de primavera es visible en el cielo; para divisarla sólo es preciso prolongar la línea que une las tres estrellas centrales del Cinturón de Orión en dirección al horizonte, hasta encontrar la intensa luz blanca y azulada de tan magnificente estrella…

En el Imperio Antiguo, el retorno de Sirio antes del alba (fenómeno astronómico conocido como salida helíaca) después de 70 días de invisibilidad en el cielo, coincidía con el solsticio de verano anunciando la crecida anual del Nilo, y el “renacer” de la vida dentro de las entrañas áridas del desierto…

En el Antiguo Egipto, los sacerdotes que eran astrónomos en su totalidad, utilizaron esta excepcional triple correlación para situar “el comienzo de un tiempo espacio”; el inicio de su calendario solar…

Si por medio de los estudios astronómicos actuales, entendemos que la velocidad de la luz se mide acorde a sus proporciones de recorridos en distancia, el tiempo que necesita la luz de Sirio para llegar a la tierra, es un tiempo equivalente a 3.141,6 días, vale decir, de 1.000 veces la proporción Phi.

Todas sumas que parecen casuales, o ¿Serán “causales”…?

Vitelmina Ahuir 


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