Escuchas?

Escuchas este mío, noble corazón

que aun herido por la vida, canta?

Resonando en sus días y sus noches,

a lo lejos, y a pesar de la distancia…?

En su loco vagar, su corretaje irá

tras el eco, distinguido y milenario,

nutriéndose así, con tus  aromas níveos

entre las cumbres, de tu antigua voz

desde nuevas auroras, cautivo en su esperanza…

Baluartes serán, sus heráldicos sonidos

desde el recinto incansable de sus ansias…

Más su correspondencia, desde fornido  pecho

como hogar cobijo, tu sólida luz, que es mi templanza…

 Vitelmina Ahuir
 

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