OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Árbol de la Vida (2015)

 


El árbol de la vida…

Para iniciar el estudio de este parámetro fundamento de gran sabiduría, tenemos que imaginar o comprender que la imagen del mismo (árbol), no es plana, sino que tiene volumen, dentro de una esfera sin límites, considerada bóveda celeste, ya que así la vemos o percibimos dispuesta a nuestro alrededor…

Es dentro de esta esfera, donde las medidas y direcciones cobran sentido, como también las distancias, también las cantidades…

Refiriéndonos a designios como caminos elegidos tal observadores o impulsores de vida: en onda, e incluso con el valor o aglutinamiento de las energías en espacios específicos llamados cefiras, manifiestas expresiones e instancias que bien podríamos considerar como: partículas…

(Cabe aclarar, que cuando hablamos de manifestaciones, lo hacemos respetando la etimología de la palabra mano, devenida de la segunda declinación del latín manus, concordante con la cuneiforme imagen o figura egipcia con idéntico parámetro, conceptualizando lo que es tangible o cae bajo el imperio de los sentidos físicos, en especial, el tacto)

Cada cefira o estadio llegada, es una manifestación concreta de espacio tiempo, y sus caminos, tal la palabra lo indica, senderos de conexión  o desplazamiento entre una y otra función o cefira…

Como si las cefiras fuesen instantes de tiempo espacio de aglutinación de la materia y los caminos, la percepción de onda, de lo que puede llegar a ser y/o formarse…

Dos instancias de una misma cosa… partículas y ondas…

Toda partícula se condensa y se ordena a partir del ejercicio de una emoción, guiada por un sentimiento, elaborado desde un pensamiento; luego su nacimiento, su elaboración y disolución tras la transmutación…

Como si el diagrama o la particular forma de mirar, nos ofreciera el magnífico campo de experiencia de todos los seres (vivientes) “vivos”, animados e inanimados, en diferentes instancias de creaciones sucesivas, devenidos desde el primer entendimiento que hizo el Todo al reconocerse a sí mismo…

(Cuando nos referimos a “viviente”, lo hacemos a través de invitación a comprender que los seres inanimados, tienen su particular presencia dentro de la escala evolutiva, y su característica “radiante” o de “irradiación”, careciendo del sentido “álmico o anímico”: sentimientos y emociones, pero factibles en escalas evolutivas siguientes, de ser susceptibles a sufrir modificaciones dentro de la existencia; “No quedará piedra sobre piedra” Expresión bíblica)

Comprendiendo la estructura de la formación del Árbol, se explica también la bíblica expresión de “Los Ángeles Caídos”…

Un andarivel de descenso que comprende o integra  dentro de sí mismo, el retorno o ascenso…

Siendo estas energías, tal como la electricidad, receptadas en los distintos mundos o cefiras atrayentes, para expresión o manifestación en su etapa evolutiva de aprendizaje, acorde a su pensamiento creador o creativo, a instancias de sus sentimientos, convertidos luego en espacio de acción…

Entonces, se comprenderá, que toda cefira o partícula, es transitoria en relación al espacio tiempo, y que ofrece una interacción móvil de doble faz, impulsora eléctrica, o atrayente magnética…

Algunas de estas energías se materializaron en esta “partícula llamada tierra” por “libre albedrío y elección” como oficio ayuda, de enseñar al resto, el olvidado camino de salida o ascenso…

Tema que por herencia genética celestial, obtuvimos en el mismo instante de diagrama particular y primigenio, del cómo descender y luego ascender por las ramas de dicho árbol…

Vamos a describir, que situaríamos a nuestro planeta (Idealmente por asociación) como una esfera o partícula, que al momento de esta comprensión, consideraremos  netamente magnética, siendo el polo de luz o creación netamente eléctrico o de emanación; haciendo lógica abstracción que ambas energías, están y existen al mismo tiempo también en esta cefira, instancia o partícula llamada tierra…

Habremos de decir entonces, que la energía eléctrica otorga, dona, impulsa y la energía magnética absorbe, recepta y anida, y es la tierra nido, (Como posible otros muchos) de las energías atraídas desde la emanación principal llamada Dios, Seidad, Unidad, Universo o Todo…

La anidación produce tangibilidad o posibilidad de caer en el imperio de los cinco sentidos…

Todo impulso receptado, se hace “carne” en el observador, que puesto en el ángulo medio de relator de los diferentes sucesos o procesos energéticos, instala en el propio acerbo tanto cultural como emocional y físico, un cambio, que parece lento, pero resulta paulatino, sin prisa pero sin pausa, procediendo dentro del gran sistema o andamiaje estructural del todo…
Vitelmina Ahuir



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