El Observador
El observador
El equilibrio o la balanza medida del observador, al tiempo de la inclusión en los parámetros de comprensión del sujeto, procede a limpiar de estigmas personales o sociales al Ser…rompiendo viejas estructuras y parámetros de condicionamientos, comenzando a fluir en “inocencia” y respeto por su “yo soy” o niño interno…lo que social y chabacanamente, llamaríamos “sin filtros”…
La falta de filtros o condicionamientos sociales, va generando en el individuo, una visión diferente del mundo o el Universo, que sólo unos pocos pueden interpretar…
La falta de filtro, procede en la reducción del círculo del actor o personaje, ya que se tornará cuidadoso en la compleja dimensión de sus actividades o relaciones…
Ha cultivado la “cautela”…ser cauteloso entonces, es saber que deberá manejarse con cuidado en un ambiente que comenzó a desconocer o desconocerlo…
Sería más o menos, como convertirse en niño…
El niño procede con total inhibición e inocencia, lo que puede lastimar o sorprender a los diferentes seres que se aproximan a su esfera de aprendizaje…
El famoso concepto de “deja que los niños vengan a mí”, dicho por el gran Maestro Jesús, hace referencia a este estadio del aprendizaje de un Ser que vive única y exclusivamente para y a servicio del crecimiento personal o de servicio hacia otros…
El servicio al otro, es o se traduce, en amor incondicional…
Vitelmina Ahuir