OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Teth

Teth…

Tal como dijimos al expresarnos respecto de la letra Het, (el octavo paso), en éste nuevo o noveno es imperioso observar y “comprender” sublimando sabiamente, el bien oculto de la experiencia completa, toda.

Es un período de “culminación” de la experiencia y por lo tanto, de introspección, para iniciar nuevamente en el próximo momento, con la sabiduría del proceso adquirida; “no tropezar con la misma piedra”.

Lucas 21:6 (Nueve)

Profecía sobre la destrucción del templo

5 Y mientras algunos estaban hablando del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:

6 En cuanto a estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando estas cosas vayan a suceder?…

Por ello a Teth se la compara al ermitaño, al que se envuelve en el capullo para el próximo inicio; traspasar por el estado de “larva” hacia la mariposa.

La mariposa, habiendo entendido que se aproxima un tiempo de “introspección”, construye la “casa” segura, sabiendo que nada “le faltará”, mientras se encuentre en este estado transitorio de: “cierre y comienzo”.

En posición invertida, la letra parece mirar nada más que a su “Creador”, observando el molde o modelo que deja, para que otros practiquen, incluso en referencia a lo esparcido y enseñado.

Esta inversión de la letra supone “consumación” de la “unión” de la novia y el novio; “consumada” la concepción que procede al fruto devenida de la semilla.

De alguna manera, se referencia al proceso de gestación de nueve meses, y al ocultamiento de la semilla en el “fruto”, por eso alude a conceptos genéticos de formación en el Árbol de la vida familiar.

El feto oculto en el vientre materno.

Representa la posibilidad o el poder de llevar la potencia al acto, o bien lo potencial a lo real.

La palabra hebrea Tov (bueno), que comienza con la letra Teth, y refiere a que en el próximo ciclo, se revelará o manifestará una energía nueva y actual, en referencia al estado de consumación; siendo expresión en el décimo paso, con la décima letra: Yud o Yod, del fruto y la subsiguiente semilla.

Revelación de "Vida Esencial", o acto creativo primigenio, Aleph, anidada en Bhet, con preñez en Het y activada o infundida por Teth anterior al ciclo del presente nueve.

En hebreo, tov "bueno" alude al más íntimo, inverso y "modesto" estado de belleza, como plan dispuesto por el Altísimo, en fractalidad de sus partes; expresiones del Uno, en dispersión de todos los seres por el Creador o difundidos por Él: SU PLAN UNIVERSAL en marcha.

Si bien es cierto que esta belleza encierra cada semilla dulce y amarga de toda experiencia que culmina y a la vez inicia.

En éste sentido, igualmente comprendemos “el ocultamiento”, de lo que puede llegar o no “hacer” (acción tangible), pues siempre será Ser.

Recordemos la expresión de la aplicación de “construcción y separación” en los seis días primeros: “Y Dios vio que era bueno”, como así también “Y vio Dios que la Luz era buena”; en el sentido de “ocultamiento”, implica la contra partida de la oscuridad y tinieblas.

Todo está inserto y oculto en el tzadik, o “pulso” cardíaco que determina el proceso de la búsqueda del “bien” y la “luz” de la comprensión en cada acto, entendiendo que cada acto tiene una potencial semilla, que se esparcirá en cada movimiento. Siendo el corazón, cuenco o útero de sembrados mentales.

Rememorando el Génesis: "En el comienzo Dios creó los cielos y la tierra"; las letras iniciales del Tetragrammatón (Jehová) de "los cielos y la tierra", es una oculta alusión de este cuenco cardíaco que produce “acciones”, devenidas del “cielo” o nivel mental superior. Acoge uterinamente a la idea.

La expansión intermedia, refleja la respiración que entrelaza ambos planos, considerado “aire”, astral, álmico, o anímico.

Las letras del "Nombre oculto" de Dios en la Creación,  o: alef-hei-vav-hei,  indica el proceso de doble Hei, refiriéndonos incluso a los elementos que participan en toda “Creación”.

El valor numérico de este nombre es diecisiete, acorde a la numerología bíblica, idéntico valor al de la palabra tov, "bueno".

La palabra tzadik equivale a 12 veces 17 = 204, el valor total de las doce permutaciones de las cuatro letras del Nombre oculto. E incluso, alude a las doce constelaciones principales, representadas como los doce apóstoles del Masiah.

Los Tzadikim, que son llamados "bienes" o la compleja Unidad en Unicidad de todas sus partes, representa la bondad oculta necesaria para unir el cielo y la tierra, encontrando la comprensión y sabiduría que posee el poder del Nombre oculto, revelando la luz interior y el propósito de la Creación y toda creación.

El bien oculto en introspección lleva el Génesis de la Aleph o nuevo comienzo, con los opuestos expresados y el latente poder de asociar los Mundos Superiores con los mundos inferiores, la unificación del alma con su consorte “Esencia”, en cuyo dibujo nos referencia al trabajo de “embolo” del diafragma, que implica la respiración y expiración, con el diástole y sístole.

Toda acción física tiene su representante emocional y mental.

El servicio del alma cuyo poder se manifiesta al hombre, cuando asume el estado de estar "en el mundo pero fuera del mundo" simultáneamente.

Juan 18:36 (Nueve)

36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí.

37 (Diez) Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.

Estar "en el mundo" significa estar completamente consciente de la realidad mundana, y el “poder oculto de rectificarla”, comprendiendo el desarrollo completo desde la semilla al fruto.

Estar "fuera del mundo", significa estar completamente consciente que en verdad "no hay otro fuera del propio Creador respecto de su Creación, y la “responsabilidad oculta” que eso implica.

Teth indica la “Idea del Absoluto Bien Divino” confiado a Moisés, cuya misión en la vida fue cumplir la promesa de la redención desde Egipto, pasando el “cuerpo” o “pueblo” (Células) hacia la “nueva tierra”; siendo la revelación de los Mandamientos o Leyes en el Sinaí. La montaña o montículo: Het, en referencia al “infinito”.

El exilio señala un estado de preñez o estado de “larva de mariposa”, y la ausencia de “Moisés” en la nueva tierra, el proceso de “renovación” y un nuevo comienzo en que el fruto, desde la dehiscencia de la semilla.

La forma  de Teth es de un recipiente invertido y anuncia, dentro del mundo del Assiah o “hacer”, a la sephira Yesod, donde concurre la Energía del Ángel Guardián o personal, recinto de la paz y armonía.

Siendo una forma oculta en la materia, por ello la referencia de la “Anunciación de María” (Dos) por intermedio de Gabriel (Catorce).

Simboliza un potencial oculto en lo real y Paz entre los elementos de la Creación. Paz entre el agua y el fuego del cielo:

Lucas 2: 14

Los pastores y los ángeles

…13Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo:

14Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.

15Y aconteció que cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber.

Teth también implica al alma oculta en el cuerpo existencial o físico; y la aspiración pura del alma.

Al Creador oculto dentro de Su Creación. La revelación futura devenido del aprendizaje.

Dios  que impregna o preña al mundo.

En este estadio, la serpiente del infinito desciende por el Árbol, con su “escondida genética de oscuridad” a corregir o rectificar, inserta en patrones innatos de comportamiento del hombre.

Representa las inclinaciones mundanas. La tendencia a ocultar o mentir; pero también el poder de juzgar con sabiduría cada pauta de aprendizaje y también “imaginar” correctamente en el nuevo inicio.

El poder oculto de cohesión entre las doce tribus de Israel, constelaciones o apóstoles.

El lecho nupcial: silla turca del esfenoides con el etmoides sosteniendo la hipófisis. En lo mundano el lecho matrimonial.

Símbolo del noveno proceso por lo tanto:

Número Nueve

Nueve niveles de paz. Los nueve meses de embarazo.

Los nueve mandamientos positivos en las leyes de Fundamento y Carácter.

El símbolo numérico de la verdad y la eternidad. Nueve sonidos, con bemoles y sostenidos. La Vida eterna.

Concluimos que Teth representa la “enseñanza global” de un proceso, en que el alma como intermedio, radicada en el tzadik,  es quien “preña” toda la realidad, con la bondad y belleza Infinita del Creador, brindando paz y armonía, entre el “cielo y la tierra”.

 

Vitelmina Ahuir


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