OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Tzade

Tzade

La décimo octava letra del alefato es Tzade.

Representa a aquel que vive en la Fe y confía en la Divina providencia del Kether, o la Corona.

O quien se “corona” con la fe de la propia “siembra”, entendiendo que toda siembra, tendrá sus frutos aún fuera del tiempo, en relación al no tiempo, y su concordancia dentro del espacio.

Relacionada al magnetismo, referencia a la atracción de los aprendizajes humanos necesarios dentro del plano físico, acorde a la labranza desde el pensamiento.

Representa al puntero indicador de la sombra.

Esta letra recuerda a los seres humanos, que todo es dual; por tal motivo, igualmente, las “veintidós” letras como consortes, una de otra, establecen un pilar elemental de “once”, en que el ser se fortalece dentro del SER Inmanente y Trascendente.

De ésta manera, la primera letra “Aleph”, relacionada a la “conciencia” como Maestro del Universo, encuentra su respuesta en la “Justicia” sobre la cual el mundo se sostiene. La Fé del Justo.

Mateo 7:2            

Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados…

Tsade es el “Fundamento del Mundo”, por ello, como campo magnético se encuentra asociado al mundo del Yesod, o Mundo kabalístico de la “Fundamento y luego Formación”.  

Entendiéndose entonces, que todo aspecto “injusto” ante los “ojos humanos” (Ojos de Aín), aquí encuentra su explícita razón y luego, el desenvolvimiento extensivo y temporal de la lógica.

El término Tazdik, como representación del “corazón”, es quien VIVE en su Justa Fe.

Génesis 1

26Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y “ejerza dominio” sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.

27Creó, pues, Dios al hombre “a imagen suya, a imagen de Dios lo creó”; “varón y hembra los creó”.

Referenciada con el vocablo tzelem, o “imagen Divina” como hemos podido ubicarla en el Génesis, también en el mismo Génesis encontramos que el hombre fue creado en el “sexto día”; siendo en este tercio un tercio de la completitud del “dieciocho”, momento en que es manifiesto su corporación o manifestación tangible.

Por lo tanto, se entiende a Tzade,  como los tres niveles conscientes: mente, corazón y acción.

Incluso, en el mismo libro, se comprende la “Justicia” a que referimos:

Génesis 3: 8

8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

La palabra tzelem está formada por tres letras:

1.     Tzade

2.     Lamed

3.     Men

Las dos letras dentro del vocablo  tzelem (lamed y mem) corresponden a los dos niveles trascendentes del alma: "el viviente" o Chaiá y "el único" o Yejidá, respectivamente.

Vemos en este punto como necesario, comenzar a unir los aspectos antes aprendidos. El significado de Lamed, Mem y como Hei enlazando a ambas, y también comprender la metodología del atbash:

1.      1 Si retornamos a ver qué lamed representa al símbolo de sacrificio o el Sagrado oficio”; referenciándola a un corazón que entiende el “conocimiento”, y que por lo tanto se establece en un punto de Sabiduría”. Lamed expresa el momento de “Contemplar” el corazón. Sabiendo que el corazón es cuenco y maternidad, indicando  “Contemplación del corazón de Eva”. Si vemos que, en la primera pareja “humana”, o “arquetipo humano”,  Adán representa al secreto del grial cerebral o pensamiento dentro del cuerpo mental, y Eva entonces es el secreto del corazón, como cuenco que anida la “Idea” del pensamiento y le da forma.

2.       Mem inicia el proceso de muerte como transformación, siendo este el  fluir, de la fuente de la Sabiduría. Mem “Representa al alma” que, como corriente que fluye desde las “aguas primordiales del Nun”, encierra el “secreto” de su retorno. Unión de las aguas de “abajo” o “amargas” con las aguas dulces de “arriba”, sobre  “la expansión”. Mem, siendo lo “bendito” eterno e inconmensurable, como extracto del agua tras la comprensión, representando a esa "agua bendita" tras la redención. Maim, las “aguas de arriba, que tras descender”, retorna llevando lo aprendido y escudriñado “Eterno” origen, no sin antes haber labrado la tierra. “Convirtiéndose en las Nubes que riegan los canales”. Este es el secreto del abismo que el Génesis, expresa, respecto de la separación de “aguas”, y se comprende por medio de la expresión de ésta letra.

3.      Hei, desde el punto de origen de la palabra,  o discernimiento, llamémosla conexión con la “inspiración profunda” y a esta como el receptáculo interno devenida desde la Esencia magna, ofreciéndose en la dispersión de ideas; al igual que las flores convertidas en fruto, obligándose a la dehiscencia del mismo, para esparcir sus semillas. El Señor o Soberano a modo de líder, rige externamente a su entorno, a través de su poder de hablar o expresar, ejerciendo su soberanía, o en caso contrario, obligándose a la esclavitud por medio de la misma. La letra Hei está conectada directamente con la línea del pensamiento, y luego desciende para expresar los pensamientos, y sentimientos interiores propios hacia otros, desde su síntesis o elaboración individual. La Ley propia.

Qué se entiende por Atbash:

Atbash es un método muy común de cifrado (criptografía) del alfabeto hebreo.

Pertenece a la llamada criptografía clásica y es un tipo de cifrado por sustitución.

Se le denomina también método de espejo, pues consiste en sustituir la primera letra Aleph por la última Tau, la segunda Beth por la penúltima, Shim y así sucesivamente.

Uno de sus usos más célebres se da en el libro Primero de Jeremías​ donde a fin de no nombrar Babilonia se utiliza el término, en relación al atbash, como Sheshakh.

Qué se entiende por Tzadik:

Tzadik, es un término hebreo proveniente de las raíces Tzedek, que significa “justicia”, y Tzedaká, se traduce como “caridad”.

Aproximado al término en lengua castellana llevaría a comprenderse como: “Justo en plenitud”.

Tazidk es empleado  en referencia a una virtud humana, que es vivenciada en sentido de santidad;  se “vivencia en la existencia” o “encarna” en sentido de generosidad y justicia.

Un Tzadik es un hombre que antepone los intereses de su prójimo antes que los suyos propios; un acto de entrega pura.

Qué se entiende Chaiá:

Significa "Vida".

Compuesto por las letras Het y Yud, juntas forman la palabra refleja la importancia de la vida.

Según la Gematría, (Método y metátesis que consiste en la alternación del orden de las letras en una palabra, por su “valor cualitativo en referencia cuantitativa, y acorde al orden en que enuncia; e incluso dependiendo del hecho de que cada carácter hebreo, además de un valor numérico, resulta ser la suma de los números de los respectivos caracteres, y que componen una palabra dando el mismo resultado que la suma de dichos caracteres; así, se reformula en una palabra distinta.

Aunque se percibe una analogía entre ellas y se considera, así sea en espejo, sin dudas tienen necesariamente una conexión.

Entiéndase entonces, como red neuronal de “asociación” permanente, e incluso comprendiéndose la base de una “causa” con su con causa, que precede al “efecto”)

Viéndolo de esta  manera, si Het tiene un valor de ocho y Yud un valor de diez, Tzade como décimo octava representa la buena suerte y los regalos que se otorgan al receptor, como regalo de la "vida" o “efecto de la causa”.

La Kabalá y los “cinco” niveles o gradaciones del alma

Es importante o esencial comprender dos conceptos:

1) La Esencia o Alma Superior “es una parte de Dios de lo alto y en lo alto, más allá de Kether”.

2) Cada alma posee una chispa del Mashiah (Mesías o Maestro).

La Kabalá entiende cinco niveles o gradaciones del alma:

1.     El Nefesh o “alma inferior” está relacionada con el comportamiento y la acción.

2.     El Ruaj o “espíritu”, nivel de las emociones;

3.     El Neshamá “alma interior” relacionado con la mente;

4.     El Chaia o jaiá "viviente" en referencia al puente que existe entre el primer instante de consciencia interior y su origen supra consciente;

5.     El Yejidá o  "único",  a la unión absoluta del alma con el Creador, que se manifiesta por medio de la fe pura, la devoción absoluta y la aptitud continua de estar dispuesto a sacrificar la existencia en pos del Todo, o el “sacro oficio” de las partes por la suma del Todo.

Nefesh, Ruaj y Neshamá:

En el relato bíblico de la Creación, están expresos tres diferentes verbos o enuncia tres diferentes etapas:

Génesis 2: 7

Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.

Como contraprestación de los tres niveles primarios:

Génesis 3: 19 

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Isaías 43:7

“Todo lo llamado en Mi Nombre por Mí, los creé, los formé, también los hice”.

Hacer: referido al mundo de la Acción, nivel del alma que se llama Néfesh y está relacionada con los instintos.

Formar: nos indica el mundo de la Formación y refiere al nivel del alma que se designa con la palabra Rúaj y que abarca el aspecto emocional.

Crear: designa el mundo de la Creación y está conectado con el nivel del alma denominado Neshamá, el pensamiento.

Estos tres niveles son tres aspectos básicos generales dentro de los cinco que abarcan la totalidad del alma.

Para entender cada uno de estos aspectos hay un ejemplo tradicional, el cual nos relata que el hombre es como un carruaje, que se usaba antiguamente como medio de transporte.

En el ejemplo, la carroza simboliza el cuerpo humano que por sí solo no puede realizar ningún movimiento. (Barro: El polvo al polvo)

Los caballos que tiran de la carroza son los instintos, el Néfesh, que mueven la carroza físicamente en las diferentes direcciones. (Experiencia primaria respecto de los cuatro puntos cardinales.)

El cochero simboliza la emoción, el Rúaj, quien indica: parar, avanzar o retroceder; ir hacia la derecha o hacia la izquierda, más rápido, más lento, etc.

La posibilidad de decidir respecto de los diferentes caminos y la toma de decisión sobre los mismos corresponde al: pasajero, a quién no vemos pero es el que hace que todo se mueva y gire en torno a su voluntad, es quien conoce el sentido arriba y abajo, conduciendo hacia el que ES su “destino”.

La Neshamá, esencia interior del alma, está representada por el pasajero, y se reviste con y en el cuerpo a través de los instintos, emociones y pensamientos,  para llegar a su objetivo: Ser consciente de su naturaleza y su función en el mundo, para luego fusionarse conscientemente con la Luz Infinita.

Acorde a la dualidad expresada en un comienzo, al objetivo se puede arribar a través de dos caminos:

1) Con conciencia: cuando los tres aspectos del alma (pensamiento, emoción y acción) están en armonía con las leyes que rigen la Creación, o

2) Con sufrimiento: cuando los caballos, el cochero y el pasajero están en desacuerdo. De lo cual se deduce que si el hombre piensa de una forma y siente de otra, sus actos lo conducirán inevitablemente al sufrimiento.

Así como hay leyes que rigen los fenómenos físicos, verbigracia: ley de gravedad, etc., también “fueron son y serán” las leyes que rigen los planos instintivos, emocionales, mentales y espirituales.

La verdadera libertad o coherencia surge cuando el hombre obra en concomitancia con esas leyes y no simplemente de acuerdo a su sentir momentáneo, instintivo y/o emocional.

En el quinto y más sublime de los niveles del alma, el Yejidá,  es donde se unen los dos aspectos primeramente mencionados: La Esencia o Alma Superior, con la chispa del Mashiah.

La chispa de Mashiah es el punto más profundo del alma, siendo ella, la fuerza activadora que estimula el potencial del liderazgo.

La chispa del Mashiah tiene la capacidad de redimir con éxito al mundo en su “creación” y “recreación” continua.

De la misma manera, la chispa del Mashiah (Cristo interior) dentro de una persona define su instinto para mejorar el mundo a su alrededor en la forma que le sea posible.

Refiere al deseo de rectificar la realidad, revelar santidad y Divinidad en el mundo, está fundamentalmente, conectado con la misión redentora del Mashiah.

Entonces Tzade entiende el concepto de “comprensión” sobre la “sombra” provocada por el “gnomon” al salir el sol, en el espacio tiempo y su redención, más allá del tiempo; indicando que el “punto” o el medio del círculo o esfera, es la retracción hacia uno mismo, donde el Uno brilla en Eternidad de “Ser” para luego “estar”. (Arriba, abajo).

Revelar el primer grado espiritual, es revelar la Unidad: “una, única, y unificada”, al menos en el grado más pequeño. El grado de Unidad y compromiso con el Todo, define el nivel del grado espiritual de cada ser humano.

La coherencia aludida entonces como Djet (referencia egipcia de puntal, columna o ÁRBOL) se caracteriza por la suma de detalles particulares  o la unificación de las “luces” de los “cinco grados espirituales”, en el poder de su unidad, a pesar del hecho que están todas en contradicción entre sí.

La coherencia es el único factor que determina la revelación de la Luz superior. Si el humano puede encontrar la unidad en el grado más pequeño, la Luz más débil de Néfesh se revelará también, alineada a su Guía rector.

Los niveles se vuelven conscientes, en el estado de Fé, o en la percepción interna del tzadik: Fé en la Luz Trascendente de Dios como Creador; la máxima fuente de creación, y en la misma Esencia de Dios.

Por esta razón en relación a la Gematría vemos que, la palabra tzadik equivale numéricamente a dos veces emuná que significa: "Fé".

Génesis 1: 12 y 13

12 Produjo pues la tierra, hierba verde; hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

En hebreo, el vocablo “etz”, (espejo del prefijo TZE), significa árbol. (Tzelem), imagen espejo del “humano” creado en un tercio después del Árbol: el sexto día.

“La imagen Divina se vuelve a proyectar al sexto día”.

En Kabalá, en el tercer día procede a “crearse” el Tifheret, la belleza de las “virtudes”, siendo éstas, el origen del sexto día, la creación humana: el  Yesod: “fundamento y forma”. Origen del Árbol genealógico como linaje.

Tiferet y Yesod están integrados totalmente en el secreto de la “línea media” o camino del “tejado”, (Columna vertebral y sus centros energéticos, conocidos como chacras) del cuerpo físico y el “brit” del Briah, que son considerados Uno.

El Brit es el arca del pacto. Pacto entre el Creador y lo creado.

En el mundo de Yetziráh se nos muestra que las “doce letras simples” dentro de las “veintidós letras del alefato” corresponden a los doce meses del año, la manifestación del tiempo devenido del espacio;  y que cada mes se relaciona en particular con un "sentido" específico del alma. (Doce constelaciones alrededor del ecuador terrestre.

Génesis 1: 29

29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

La letra tzade corresponde a la del mes del Shevat, cuyo "sentido" es el de “comer”.

En el día quince, en medio del Shevat,  corresponde al Año Nuevo de los Arboles.

Shevat o del acadio Šabātu “la lluvia que golpea”, entiende a la fuerza de las lluvias dentro de ese mes; las últimas del periodo invernal boreal, que corresponde al “undécimo” mes según el ordenamiento de los mismos en la Biblia, y que comienza por Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto.

“En el año cuarenta, el día uno del “undécimo mes”, habló Moisés a los israelitas exponiendo todo cuanto YHVH la había mandado respecto a ellos"

Su nombre actual, Shevat, tiene sus orígenes en los nombres de los meses de la antigua Babilonia, provenientes del idioma acadio, y fue adoptado por los judíos allí desterrados, entre 586 a. C. y 536 a. C., luego de haber sido llevados al exilio por el rey Nabucodonosor II.

Shevat figura ya con su nuevo nombre babilónico en la Biblia, tan solo una vez: “el mes undécimo, que es el mes de Shevat”  de la siguiente manera:

Zacarias 1: 7

Llamamiento a volver al YHVH

1  En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:

2 Se enojó Jehová en gran manera contra vuestros padres.

3 Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.

4 No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.

5 Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas, ¿han de vivir para siempre?

6 Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso volvieron ellos y dijeron: Como Jehová de los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos, y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros.

La visión de los caballos

7 A los veinticuatro días del mes undécimo, que es el mes de Shebat, en el año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:

8 Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos.

9 Entonces dije: ¿Qué son éstos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos.

10 Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que Jehová ha enviado a recorrer la tierra.

11 Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.

12 Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años?

13 Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo.

14 Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion.

15 Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal.

16 Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén.

17 Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén.

Visión de los cuernos y los carpinteros

18 Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos.

19 Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Estos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.

20 Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros.

21 Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.

Shevat cuenta siempre con 30 días, y es un mes del invierno (boreal), paralelo a los meses gregorianos de enero y febrero, según el año.

Su signo del Zodiaco es Acuario, pues visto desde la tierra, el sol se ve plasmado delante de dicha constelación, por ser la culminación de la época de las lluvias y del flujo abundante de los ríos y las fuentes de agua, que alimenta los “Árboles”.

El “rey de los árboles” es la palmera, de la que se dijo:

“El tzadik florecerá como una palmera datilera”.

La raíz de la palabra “florecer”: perah en hebreo, según la gemátrica suma y es equivalente  a 288, refiriendo al secreto de las 288 chispas que cayeron, y que son elevadas por el servicio del tzadik en su conciencia Divina, mientras se ocupa del acto de comer. (Comer en el sentido de asimilar o sublimar el aprendizaje)

En cada una de sus actividades aparentemente mundanas, el tzadik, “conoce”, e integra a las letras hebreas Aín y Phe; se contacta con todas las direcciones y se apuntala al camino del centro del Árbol de la vida.

La escritura original de la letra tzadik es tzadi, significa”cazar”.

El sagrado "sentido de comer", en el "sentido" del tzadik, es la habilidad de cazar con la finalidad de redimir y elevar, las 288 chispas caídas de la ruptura de los recipientes, como Ángeles caídos.

“El tzadik come para satisfacción de su alma” es el versículo más relevante del secreto del servicio del mes de Shevat.

Las chispas redimidas sirven para elevar la conciencia del alma del Tzadik, a niveles más elevados, de percepción Divina o Creadora.

La forma de Tzade es de una Yud inserta en la parte superior de una Nun reclinada.

Las Yud cara hacia arriba y hacia abajo. Sentido ya explicado.

Referencia al poder consciente de realizar el potencial humano.

La fuerza de vida de la Creación, retornando hacia su fuente en lo Alto.

La fuerza de vida que regresa, hacia abajo.

La Nun representa la “Congregación de las partes”; la Yud representa al tzadik de la generación (Genealogía): “Todo tu pueblo son tzadikim”.

Representa a los treinta y dos senderos de sabiduría, la Yud, unida a los cincuenta portales del entendimiento, la Nun.

La sabiduría superior Yud y la inferior Nun.

La conciencia de Atzilut que se une a la fuente de la sabiduría y desciende para enseñar a la Creación.

Tzade comprende la “caza”;  en arameo significa: caos.

Tzade inferior deviene en tzadik por lo tanto: cazando los recipientes caídos y rotos del mundo del caos (Tau, letra hebrea veintidós).

Cazando e integrando las chispas perdidas del alma. Buscando para Dios y  Luz Divina.

Tzade superior revelando y descendiendo la Divinidad en el mundo.

Corresponde al Número “Noventa”: conciencia total. Conciencia de todos los mundos o dimensiones; “veintidós”.

La conciencia desgasta, pues se sirve del polvo, para luego doblar y arquear las “treinta y tres vértebras” de la columna del “cuerpo físico” humano, a los noventa años, por el peso del “fruto”. El Árbol decrece para retornar al polvo.

Noventa son los días de cada estación del año.

La edad de Sara en el momento del brit de Isaac.

Noventa mil ancianos danzaron delante del arca cuando David la llevó a Jerusalem.

Conciencia total de la Divinidad.

Noventa veces se dice “amen” y “agradece” diariamente.
Vitelmina Ahuir







Osirión Principado del Ka

Crea tu insignia
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis