Pascua o Milla Verde (48)
Pascua…o la milla verde…
Hoy pensaba sobre la Pascua…
No se puede comprender la pascua, cuando no se ha muerto de mil maneras distintas… y quién a nuestra edad, no lo ha sufrido en carne propia?
Estados que siendo transitorios, han importado un viaje interior tan profundo y largo, como morir en algún aspecto…
Siendo tres cuerpos, mental, emocional o físico, nuestra compañera de ruta, junto con la vida, es la muerte y la resurrección en todos las envolturas…
Se puede morir en un proyecto o idea, lo que nos hace cambiar la brújula del alma, en un golpe de timón, certero e indeclinable…
Al dejar morir un proyecto o una idea, hemos cambiado de identidad… de eidos… de ideología, y ningún dogma, nos ata…
Se puede comprender lo que emocionalmente nos coarta al crecimiento, y aun sufriendo mucho, se asumen las circunstancias dolorosas, en el Gólgota, donde a cuyos pies, se nutre de la “preciosa sangre”, el Monte de los Olivos… y tal el olivo, el símbolo de paz, vuelve a reinar en el corazón humano…
Se puede morir en lo físico, o perder parte de él, y dicha transformación llevará a la transmutación de los cuerpos anteriores… muta el Ser, puesto que limpia viejas costras que, lejos de cuidarnos, nos encierran en un capullo, donde es imposible respirar, solamente el aire viciado de los miedos e incertidumbres…
Transitando los sesenta y tantos, puedo entrever a la distancia de lo que queda, la caminata de la milla verde, el puente hacia el infinito…
Nada queda por hacer, sólo volver a sembrar para los que vienen detrás de nosotros… con ideas, experiencias, alegría, y lo que en el canasto de cosecha, aun haya quedado…
Cuando se comprende el tránsito de la milla verde, o muerto que camina, como tal expresé al principio, se ha muerto tantas veces, como las mismas células del cuerpo, han cambiado millares de veces, en tanto años… y la libertad de Ser comienza!!!
Desde allí, desde ese límite, hasta el punto donde nos encontramos, todo lo que queda en la milla, es ganancia…
Felices pascuas!!! Bienvenida la Milla Verde…
Vitelmina Ahuir
