OSIRION PRINCIPADO DEL KA

La gran asamblea...

La Gran asamblea…
Es un tiempo más en la gran espiral evolutiva…
Cuántos milenios? 
Cursa el décimo sexto de la quinta generación…
Los representantes de las ochenta y ocho galaxias, que al comienzo de la presente Era, habían firmado el convenio de no “intervención” en la tierra, ahora se reunían una vez más, para decidir el destino final, del bello planeta azul…
Hermoso y encantador desde más allá de la estratósfera, se divisa como un armonioso y diminuto punto dentro del conglomerado universal; rodando sencilla y ordenadamente en el general compendio…
Pero basta enfocar los poderosos binoculares electrónicos de acercamiento, para divisar, que tal orden, no es real…
Pareciese que una vez más, el género humano dejado a su “libre arbitrio”, no ha podido comprender el plan universal, su desarrollo, y por tal motivo, una decisión por parte de la Asamblea, debe conciliar, en permitir un ciclo más en su rigor, o bien reformular aquel viejo inciso, dejando sin efecto la espera, y por fin, ejercer la dichosa intervención, no sólo para salvar a tan precioso mundo, sino, salvaguardar la comunidad celeste en su totalidad…
La nave de limpieza celestial pronto pasará cercana a su órbita, y aun se pueda retrasar o desviar, acorde a lo que se resuelva en la presente reunión…
Después de una concienzuda selección, sólo dos humanos han sido admitidos en el cenáculo cumbre: un hombre y una mujer…
El único planteo de la reunión, se basa en un interrogante por demás importante…
Se debe dar una oportunidad más a la humanidad, o ésta debe ser aniquilada de la faz de la tierra?
Los humanos son los primeros en hablar…
Miembros de la primigenia y ancestral casta de las “personificaciones” incubadas con la genética celeste, quienes tienen la suficiente conciencia para contar con dicha participación, ya que el “libre albedrío” ha sido ejercido acorde al propósito primigenio del crecimiento evolutivo…
Su elocuencia es fidedigna a los procesos terrenos…
Las especies puestas a cargo de los conservadores humanos, van feneciendo, y junto a ellas, el eje del planeta oscila pendularmente, como la aguja de un reloj, de cuya máquina impresa a vapor continuo, y de la cual de su presión depende, parece que en su ondulante bamboleo, de mínimo a máximo, pudiese llevar a explotar al planeta, en cualquier momento…
El hombre, con genética de la constelación de Arturus, dudó mucho en su particular pensar, antes de exponer…
Expuso los pro, siendo éstos de poco peso, puesto que en su corazón, ya, la humanidad ha desaparecido hace eones; y en su cerebro, los idealizados retoños, son invasivas formaciones de desviación intencional…
Por lo tanto, concluye en favor de la desaparición de la humanidad, y preservación inminente de las especies animales y vegetales que aún sobreviven al momento, e incluso proponiendo un resembrado de los antiguos…
Llegado el turno de la mujer, en cuyo cerebro se refleja la constante pulsa de los sueños y su corazón late aun con la ternura de los vástagos creados desde el amor, expresa:
_ Los hijos de la tierra, si bien es cierto que nacieron con poca conciencia, lentamente se ajustan en las nuevas generaciones, al propósito planteado…
_ Son jóvenes e inexpertos, pero en sus corazones la simiente de la bondad en latencia, aún vive; aunque sus latidos, cada vez son más tenues; debemos encontrar un medio para despertarla…
El tribunal de los Doce, escucha las propuestas y quejas de todas y cada una de las constelaciones…
Versan desde radiación, contaminación, disrupción, desacomodo de órbitas, re planificación, regeneración, genética y múltiples consideraciones más…
La Gran Asamblea, entra en cuarto intermedio, hasta la pronunciación de los Doce, momento de establecerse el cuarto menguante entre la nave de limpieza, con el eje central de las galaxias, último tiempo para llegar al apocalipsis…

Vitelmina Ahuir

 

 


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