Tercer camino (2015)
El tercer camino:
Está relacionado con la vida contemplativa…
La contemplación externa e interna…
El máximo ejercicio del observador, que distingue su cuerpo y se recrea ante el maravilloso espectáculo de la naturaleza en sus funciones, la cual desarrollándose en su manifiesto equilibrio, da existencia y la suprime en una ronda interminable de fuentes, que son y dejan de ser; pudiendo al dejar de existir, convertirse en otras; mientras el Creador Pensamiento forma, dibuja y desdibuja la Gloria inefable de sus buenos servicios, al tiempo que nos ejemplifica y enseña el girar de la rueda o la rotación de la interminable círculo de la vida, manifiesta dentro de la existencia…
Carrusel en que las energías eléctricas, van descendiendo, para tomar por ejemplo, la forma de las bien hechoras lluvias, sobre las abundantes semillas, que al abrirse, constituyen el paraíso que la Seidad puso a disposición del hombre…
“Todo te puse y he dado por heredad; debes henchir la tierra de hijos” Biblia…
Se trata del estudio de la naturaleza, en cuya función específica de conocer, nos acerca y otorga el conocimiento incluso, de la “máquina viviente” que nos porta, o al carro en que habita la “fuerza celeste” que somos…
Entender las funciones de todos sus sistemas armónicamente entrelazados, su noble hechura, su fantástico diagrama y la ciencia de su fisiología…
Este tercer camino corresponde, a la comprensión de esa naturaleza, llevándonos desde el Malkut (Tierra) al Netsah (Venus), cefira estadio donde se obtiene la llave de la fuerza y la victoria sobre el propio sostenimiento; si perdemos fuerza, entramos en decadencia, y por último en la renovación…
Pero a la vez, esta comprensión nos invita a pensar que existe entre sus procesos, una promesa de retorno permanente, ya que nada en ella se pierde, sino que todo se transforma; y que acorde al contenido renovado (Interno), será la belleza que despliegue su continente (Externo), luego de esa renovación…
Cada parte de la naturaleza, dependiente una de la otra, en maravillosos servicio de dar y recibir, desde el magnético “clavo” que traspasa al planeta como eje eterno, el que apuntando a la corona existente y teniendo como guía a las constelaciones del Norte, nos augura un equilibrio cósmico y micro cósmico idéntico a la danza de las múltiples estrellas y planetas que nos circundan…
Aprender la naturaleza, es conocer la grandeza de sus leyes, y la imposibilidad del deterioro, a partir que el hombre es sólo quien dirige una porción mínima; la que dependiendo de su buen accionar y respeto a su equilibrio, se hace pasible de la obtención de la llave de la creación de su propio mundo: el interno…
Ostentación del poder sagrado de concurrir al magno mundo de la magia, u “opus magnus”; mundo donde se puede ser el amo dentro del servicio de los elementales, o criaturas receptivas magnéticas que cuidan, custodian, y custodiaron a la madre tierra, desde el principio de los tiempos, como así también al sostenimiento de nuestro propio cuerpo físico…
Estas criaturas procesan la emanación eléctrica, y para dar un ejemplo de ello, el alambique existente dentro de las plantas, que pueden convertir o transformar por medio de su clorofila, la función primigenia de la vida; administradoras del oxígeno que a diario respiramos todos los seres “vivientes”…
Ellas otorgan la vida primigenia a cada partícula mineral, mientras lentamente, van incorporándolas, al sensitivo y sensible origen de los primeros pasos evolutivos del alma…
Vitelmina Ahuir