Concordancia, imaginación y necesidad
Concordancia, imaginación, deseo y necesidad…
La imaginación pulsa desde el interior, devenida de un inmenso y profundo deseo… y todo deseo, se remite a un estado primigenio, casi diríamos primitivo o Génesis, de necesidad del Ser…
Cuando el ser es trascendido por un llamado interior, urgente en el cumplimiento de cubrir una carestía, o posibilidad real de alcanzar la solución a un problema que se genera a través de lo “necesario en la vida”, lo que puede ser:
1. Básico o primario de subsistencia, abrigo, cobijo; proyectarse en relación a un “otro específico”, paternidad, habilidad o realización, etc.
2. así también, del más elevado sentimiento de pertenencia, que no está radicado en lo sensible o mundano, y generando un desasosiego que se apodera de él; cuestiones que le activan, el impulso a buscar elementos que le otorguen respuestas, para desgarrar el velo de su eternidad…
Se alumbra su mente, encontrando una respuesta…
1. Si la respuesta la descubre en el campo sensible o satisfacción del campo sensitivo tangible, operará en su haber, el sentido de la esperanza… Sembrando la estructural esperanza, recorrerá paso a paso, las escalas para el arribo a la salida…
2. Si la necesidad tiene visos espirituales, lo resolverá con un sentido profundo de fe…
Ese estado de desasosiego, podríamos llamarlo, estado de necesidad…
Como un rayo que resquebraja la noche, iluminando la oscuridad de la mente, surge la solución, a través de una imagen establecida por la aglutinación de conceptos, y por asociación, otorgando la multiplicidad de posibilidades, que lo acercan a la historia propia o de vivencias anteriores y propias experiencias… además, de las ancestrales o raíces…
Este “acto” primero, espolea la razón, ofreciendo esa solución, que promete calmar su vacío insondable, y que lo impulsara a la búsqueda de una respuesta…
Desde ese instante, su personalidad, razón y Ser “se identificarán” con esa necesidad…
El Ser se reinscribirá verbalmente, en razón de la imagen… Él se ha convertido en la necesidad, en la imagen y la solución…
(Aparece el Ángel” = Él…)
“En un principio era el verbo y el verbo era con Dios”…
La personalidad o actuación, a través de la razón se fundirá con el aliento de vida o esencia… siendo Uno… la triada primordial de todo acto… (Tres Él, o tres Ángeles)
Si la identificación no acontece, se partirá dualmente, en la penumbra de la incertidumbre… el Ángel, se alejará de Él… (Habrá obtenido Dos Ángeles: por lo que deberá optar por Uno, o se remitirá a la partición de sí mismo, quedando anclado en la fantasía reiterativa, trayendo a su vida, un carro sin ruedas)
Su noche, se llamará, falta de certeza…y en la vana oscuridad, se perderá su comprensión y su saber… y con ella, su seguridad…
Si en cambio, lo convierte en su propia verdad, actuará acorde a su “sabiduría y comprensión”, actuando en base a ese discurrir interno, que le hubo ofrecido, su “revelación”… o propia conexión con su “principio”…
Ha canalizado un saber propio; se ha encontrado con su esencia o su dios…
Si la actuación no es concordante con el saber descubierto, entrará en la etapa de “aceptar” el sacrificio de su propio hijo o certeza, tal Abrahan quiso sacrificar a su hijo Isaac, por pedido del Altísimo…
La concordancia procederá a fomentar la consolidación de la idea de utilidad…
Dentro de la utilidad, la semilla de la certeza y concordancia, anidarán para llegar al próximo paso…
Peldaño que incluye los cuatro elementos y cuatro puntos cardinales, reunidos en el tiempo espacio… y la bendición de la concordancia o maldición de la incertidumbre… (Bien decir: razón asociada o mal decir: una razón disociada del acto o idea primigenia)…
Siempre que pensamos, la lengua se mueve… según la creencia y es en “verbo” quien crea, unido a Dios…
El bendecir, conquista el báculo o espada de poder…
Vitelmina Ahuir
