OSIRION PRINCIPADO DEL KA

REFLEXIÓN ...2...Saludo de Pascuas

El saludo de Pascua: amor incondicional

Hace un tiempo atrás, UNO de los complejos masos o barajas de cartas de tarot, de los que tengo varios, había quedado sobre el mesón de clases…

Particularmente, el que más amo, puesto que fue de una alumna, que ya no se encuentra en este plano, y a la que al día de hoy, extraño mucho, puesto que además, era una gran amiga… y llegó a mis manos, por agradecimiento familiar…

Los Ángeles siempre se comunican  de manera misteriosa, haciéndome saber, a través de cualquier detalle, lo que a veces me preocupa o me desasosiega… es una convicción instalada…

Retorno…

Encontré el maso sobre la mesa, y una de sus cartas mordisqueada…

Había sido el perro hoy de mi hija, en ese tiempo, de mi propiedad…

…lamenté la rotura de esa pieza, puesto que el atado completo, quedaba inutilizado… pero me llamó la atención que fuese el arcano veinte, letra Resh… para quien no sabe de estos temas: la Resurrección…

Por letra, regencia de planeta, etc, había que renacer desde lo emocional, y en intensidad, más, sobre la base primigenia: el Árbol de la Vida…

Baste comentar para los estudiantes de astrología: Tránsito de Plutón sobre Quirón en Capricornio, casa tres… el que se extiende en punto medio con Venus, en la actualidad…

Para los estudiantes de numerología, ordinal quince sobre arcano catorce, formando veintinueve, dentro de un compendio de 22 letras en la totalidad del nombre… y con misión veintidós…

El averiado maso de arcanos, fue a guardarse con todo afecto y cariño, pero hace dos días, por cuestión de una clase múltiple, volvió al mesón de clases…

Desde aquel día primigenio de rotura, a los pocos meses, me despedí de mi madre (Luna en regencia de Cáncer) y como madre, ingresé a un trabajo en profundidad, igualmente…

Este detalle, lo había olvidado, hasta hace un par de días, pero el arcano roto, retornaba a mirarme desde el mesón…

Día de Pascua:

La vida tiene sus vías extraordinarias, y en una fecha como hoy, una vez más, por diferentes circunstancias, debía estar sola… tal vez, por elección…

Las diferentes fiestas, que nos llevan a pensar sobre lo espiritual, sin dudas nos sensibilizan de manera especial, y nos desliza en lo subrepticio, un dejo de melancolía y tristeza inexplicable…

Así es que, luego de una oración para todos, los incluidos en el recinto de mis afectos y no, decidí pasar la pascua en un restaurant… siendo más fácil, no trabajar, puesto que las tareas semanales, son arduas, y ver el bullicio de la calle…

Con la imagen el Árbol de la Vida en mi cabeza, sobre las posibles “incertidumbres”, antes de salir, tomé el arcano averiado, y solicité una respuesta a los Ángeles, con el corazón…

Si el camino que había decidido tomar, no estaba desfasado, de la balanza…

A esta altura de la vida, siento que se trabaja sobre las culpas, la sombra, pero nunca con el dolo o mala intención, así es que luego de mirar al arcano con ese pedido o solicitud interior de certeza, me dispuse a sacar el auto del garaje…

Al frente de mi casa, existe un pequeño espacio verde, donde lo único que queda sano de un compendio de juegos de niños, es un tobogán, justo al frente de mi garaje…

Luego de cerrar portones, un señor joven me hacía señas a los pies el tobogán… y me indicaba mirar hacia la cúspide del mismo…

Allí, sentado en la altura máxima del juego, un niño con capacidades diferentes, deshojaba una flor plástica y me tiraba sus pétalos a la vez que me gritaba: Felices pascuas, Felices pascuas!!!

Nadie más que ambas personas se encontraban en el lugar… sin dudas, un papá con su niño en horas de juego, a quienes no conozco…

El pequeño sostenía entre sus piernitas una pelota… y luego de deslizarse por el tobogán, al pararse nuevamente con dificultad, para volver a subir ayudado por su padre, en su espalda un número veinte, lucía en blanco sobre un fondo violeta…

Son esos días raros… en que la tristeza, la compasión, y el Amor Incondicional, se mezclan, y una termina tras un volante, llorando, y tampoco puede discriminar internamente la emoción o sentimiento que lo provoca, pero sabe en el fondo, y entiende se llama: agradecimiento…

Vitelmina Ahuir

 


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