OSIRION PRINCIPADO DEL KA

El mundo de las dis... torsiones (11)

 




En el mundo de las distorsiones…

(Cuento)

Arribados y de regreso a partir de los mundos inferiores,  en  la primera de las manifestaciones de los planos densos,  el par de Ángeles Centel y Rehalina se hallaban sumamente cansados… casi sin fuerzas…

El ascenso por los andariveles sin señales, creaban mundos engañosos a cada instante y en cada una de las direcciones… y estas, eran muchas… todas discordantes…

Cada una de ellas, restaba luz de los cuerpecitos inocentes, de ambas criaturas celestiales…

Las distorsiones,  habían sido fabricadas por los demonios, precisamente para apoderarse de la energía de los Ángeles… y no permitirles su retorno…

Estos bajos y densos seres, debían apoderarse de sus almas… para siempre…

Estos habitaban en todos los mundos fantasmales y de oscuridad puntiaguda, donde se hacía difícil encontrar el camino de retorno…

A cada paso, alguna punta, infería una nueva herida a uno y otro, en todos los cuerpos de ambos pequeños y dulces personajes del cielo…

Se encontraban en  la densidad de la mente, donde la encrucijada de miles de mundos, es un engranaje sin salida…  lugar de rotación interminable por siempre jamás, bajo los ciclos de las aguas de la amargura…

Las fétidas aguas caían en cascadas y eran sumamente oscuras… y caprichosamente mojaban las diminutas y sutiles alas de Centel y Rehalina…

… había sido abierta una puerta oscura, una prueba más…

Se encontraban en el mundo de la mente, y la mente era gobernada por el Suplicio rector de todos los Génesis; de todas las improntas mal entendidas o mal aprendidas de todas las generaciones del mundo denso… y de absolutamente  todos los mundos densos inferiores…

Los mundos de las raíces oscuras…

Era momento de ascender y sellar las entradas de los mundos inferiores, con los siete sellos de las estrellas… con ambas llaves individuales…

Así, los demonios nunca más tendrían oportunidad de ir contra la energía de los Ángeles de todos los reinos…

Pero ambos Ángeles habían cometido un error…

Debían repararlo prontamente… el uno con el otro… era su única oportunidad…

Los errores parecían a simple vista: inocentes, pero muy grave para los cielos…

Rehalina había esgrimido el arma mortal de la razón, olvidándose del corazón primigenio… y en su corazón primigenio, y por ese motivo, se había abierto una herida que sangraba profusamente, dejándola sin su empuje habitual…

Centel, había perdido la razón, sobre el entendimiento que todo tiene un tiempo  en los espacios densos… y no había ejercido la tolerancia del temporal de cambio que necesitaba  Rehalina para comprenderlo… centrado solamente en su corazón… y su mente se hallaba perturbada…

Centel la miraba sorprendido, no comprendiendo que su compañera, por un instante había perdido su inicial pronunciación: la llave clave, para abrir las puertas del próximo paso…

 Rehalina buscaba dentro de su corazón, la enunciación correcta y primigenia que abre las puertas del ascenso a través del amor compasivo pero la herida, parecía haberla borrado…

Ella había suplicado a Centel  el espacio tiempo de tolerancia para entender lo que su corazón le dictaba… desde sí misma… en auto referencia…

Centel había apurado los tiempos espacios…

Estaban sumergidos en un Torbellino Amargo, ese que no lleva a ningún lado… el de la incomprensión del uno por el otro… la prueba máxima de los demonios del mundo de la distorsión…

Ahora, las puertas eran muchas y estaban descoloridas y hasta parecían entradas olvidadas y poco transitadas… y no recordaban sus improntas… tanto uno como otro…

En el mundo de los Ángeles y en la impronta de dualidad, cada cual  de los Ángeles porta su llave única, y en mitad de sus partes, tanto femenina como masculina… pero deben compartirlas en comprensión…

Había que dilucidarlas prontamente, pues de permanecer en el plano de las distorsiones, sus alas, se congelarían para siempre, endureciéndose como torres de sal…

Cuál sería el próximo peldaño?

Cuál sería la rama que pisar del Árbol de la vida, para llegar al anhelado destino?

Cuál sería la puerta, y cómo Rehalina volvería a recordar dónde había puesto su media llave maestra…

No era una situación sencilla…

Un demonio furtivo, la había hurtado de su corazón, cuando la muerte se había acercado con su halo pestilente y miserable de envidia cautiva… llena de larvas y miserias corporales en descomposición de lo denso…

Había descompuesto por un espacio tiempo sus ilusiones y percepciones… y en su corazón, había reinado la angustia…

La muerte es amiga de muchos demonios, pues ejerce la voluntad de la mentira primordial: que todo se termina o tiene caducidad…

Sumió el corazón de Rehalina en la impotencia…

Centel, que entendía al corazón, estaba imposibilitado de comprender los tiempos del ejercicio de las Virtudes, esencial  centro de acción de Rehalina… sólo comprendía el orden del inicio y estaban frente a un techo que parecía impenetrable…

Su mente se había enturbiado con la venganza, recurriendo al engaño… sin ejercer la voz creadora de la palabra redención y comprensión, que Rehalina había pronunciado setenta veces siete… y había solicitado otras setenta veces siete…

…pues desde los caminos distintos, de donde venían, no había podido ver la caída de Rehalina… y la crucifixión individual de sus propios errores…

Rehalina se entristecía por no poder recordar prontamente su clave única dentro de su corazón… y todo parecía perdido… hasta el mismo paraíso de donde habían partido…

Aún había que ascender siete planos de los manifiestos… y los manifiestos eran terriblemente engañadores… estaban aún en el mundo de las distorsiones…

Era el mundo de los DIS y como todos los dis, entendía el mundo de las discapacidades, tanto físicas, como emocionales y afectivas… pero ninguno había perdido su pureza inicial… y esa era la razón de las escasas fuerzas que aún guardaban para seguir con sus tareas… no había que desaprovecharlas censurándose el uno al otro… era imperioso volver a ponerse de acuerdo… y conocer el acuerdo máximo del perdón…

Tenían que llegar a comprender el eje de las cosas… nada más ni nada menos que centrarse…

Complementarse en la Unidad del perdón del uno hacia el otro…

Casi sin alas, a cada momento las cosas pesaban más… y el ascenso se hacía eterno  para  tan escasa fuerzas…

Y fue que alzaron sus ojos en súplica al Eterno… juntando sus manos en adoración a la Máxima expresión del Amor Universal…

El Altísimo en su infinita piedad, cambió el reloj de los tiempos para Centel e hizo un nuevo grabado a fuego en el corazón de Rehalina,… otra vez,  ambos obtuvieron sus nuevas llaves…

Habían encontrado la puerta de salida… sólo tendrían que practicar la tolerancia y la paciencia aprendida en el plano de las distorsiones, para seguir en su ascenso al infinito… sin olvidarlo…

Así fue, que el Todopoderoso mandó a uno de sus Principios, con el siguiente mandato:

_Ambos os habéis equivocado_ dijo contundente_ Pero se os ha perdonado

_Por tal motivo, deberéis trabajar más firmemente en esta espiral evolutiva, y en su primera base…recordando lo aprendido

_Tú, Rehalina_ pronunció con el murmullo de los mil truenos_ Tendrás un espacio tiempo de tres lunas para terminar tu tarea de alineación dentro de tu corazón herido… esto es en el plano denso, y terminar tu tarea… Así será antes de setenta veces siete…

_Por tu parte, Tú Centel, por el mismo tiempo, deberás hacer el ejercicio de la tolerancia en el plano de la razón…

Y fue que pasaron las tres lunas, y equilibrando en la densidad del mundo de las distorsiones, volvieron a encontrarse para continuar su camino… el sendero angosto del amor infinito… para siempre… venciendo los escollos día por día, en los espacios tiempos…

Vitelmina Ahuir


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