Escorpio: Alfa y Omega
Continuando con el signo de Escorpio, habremos integrado a ésta altura, el concepto de “abismo” a través de la comprensión de la sefhira Daat, en la relación de Tauro (Garganta, voz, creatividad) y Escorpio (Placer, fusión sexual, fusión de identidad, y desapego de la idea de separación)…
Siendo la separación, la primigenia idea de “Yo soy” y que Moisés en su rapto de “Inspiración”, indicó que es ésta, una acepción de ida y retorno: “Yo Soy El Que Soy”…
El profeta lo hace insertando en medio de las letras, al carácter Lamed (que en su ordenamiento equivale al 12), y que como rayo central indica, que toda separación indica una fase de “sacrificio”, y éste sacrificio se llama “humanidad” o pérdida de su “identidad” real…
Una semejanza al sacrificio de Isaac frente a su padre Abraham…
Éxodo 3:14
Respecto del nombre de Dios
…13 Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, si voy a los hijos de Israel, y les digo: ``El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, tal vez me digan: ``¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
14Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: ``YO SOY me ha enviado a vosotros. 15Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: ``El SEÑOR, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.…
El sacrificio es relativo a un espacio tiempo definido, más una práctica o experiencia definida, en relación a la “identificación” con la materia o sutilización de la materia…
Profecía sobre la destrucción del templo
1Cuando salió Jesús del templo, y se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2Mas respondiendo El, les dijo: ¿Veis todo esto? En verdad os digo: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.
La profecía de las setenta semanas
…25Has de saber y entender que desde la salida de la orden para restaurar y reconstruir a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; volverá a ser edificada, con plaza y foso, pero en tiempos de angustia. 26Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas. 27Y él hará un pacto firme con muchos por una semana, pero a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal. Sobre el ala de abominaciones vendrá el desolador, hasta que una destrucción completa, la que está decretada, sea derramada sobre el desolador.
El abismo separa la Unidad desde sí misma, en contenidos singularizados, creando la ilusión de entidades separadas e independientes…
La Luz de la Consciencia, la que a partir del pensamiento “Yo Soy”, genera la dualidad u oscuridad en ilusión magnífica, como entidad separada…
Los seres con sensibilidad o agua, en éste caso signo de Escorpio, percibe a unos a otros como objetos, asumiendo la subjetividad como propia”...
Y así el conocimiento solo es posible objetivando desde lo subjetivo, donde nace la proyección o visión de la “experiencia sensible”; pero cuando la consciencia reposa en estado de sueño profundo, o estado pisciano de culminación, objeto y sujeto desaparecen, y también el subjetivismo y objetivismo…
Es la llegada o conclusión de la experiencia en el Kether, la Corona del Árbol de la Vida; por lo que el ajuste de la corona de espinas en la “Cabeza del Cristo”, conlleva un simbolismo de esfuerzo en la comprensión, y sacrificio humano desde la sensibilidad profunda y extrema en intensidad, que es netamente propiedad de la energía escorpiana, de muerte y resurrección…
En “este estadio de Kether o Corona, no hay yo, ni mundo experiencial, ni Dios”, sólo Uno...
La mayor virtud escorpiana es el desapego de la “desunión”, lo que infunde confianza en el futuro, desdibujando la finalización; conjuntando el final con el origen, y la desaparición del tiempo espacio en el juego del Uno y sus piezas del enorme rompecabezas...
No vencer o arribar al Salto del Vacío, produce apatía, inercia, inmovilidad, incluso aislamiento…
La sefirá Daat, que preside el Abismo como barrera infranqueable entre la Divinidad y el Sujeto, se representa en el Árbol de la Vida por el Gran Rostro y el Pequeño Rostro, o el Macroprosopo y Microprosopo de la “magia elemental” y en todo tratado al respecto; la que intentando alquimizar el “proceso humano”, lo revela como reflejo del primero, y en tenebrosa sombra…
División que representa el punto, o “entiende” a la cúspide más alta alcanzable por el individuo en su evolución hacia el Origen, o cúspide capricorniana, pasando por Sagitario o la comprensión de único sentido de la flecha...
Cruzar el Abismo significa el fin del rompecabezas o multiplicación; la comprensión que dividir o restar, conlleva a la Unidad y al amor universal…
La comprensión que YO SOY TÚ y TÚ CONMIGO en UNIDAD eterna…
Cabe agregar, que se hace mención al proceso humano desde la Kabalah, la numerología que representa, el sentido que despliega en los Arcanos o imágenes del Tarot, recordando que el puzzle que éste método implica, es una progresión matemática, y como toda matemática, tiene un sentido práctico de ciencia: aspira a la “perfección”, poseyendo como toda cultura bien aplicada, un sentido religioso o espiritual de Re ligar con el UNO, que la “convierte” en Sabiduría…
Continúa…
Vitelmina Ahuir
