OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Cuando Dios creó a los Ángeles (42)



Cuando dios creó a los Ángeles

(Cuento)

Cuando Dios creó a los Ángeles, pensó en los seres, más dulces, buenos y amables para asistir en servicio a toda su creación, pero ideo  una manera de institución jerárquica para evitar que cada cual olvidara sus diferentes tareas…

Así, de mayor a menor en la escala, las jerarquías superiores serían solamente imaginativas y pensantes, las siguientes emotivas y sensibles y por último, los hacedores o constructores, ostentarían la voluntad y la resistencia…

A menor rango, tendrían las dotes sumadas de los anteriores, pero a mayores dones, tendrían también mayores responsabilidades…

Al fundarlos, tal cual como por último lo hizo con Adán y Eva,  los instituyó en pares… compañeros indisolubles, que deberían regresar en unidad… todas correspondencias en alianzas eternas…

Por ello, les dijo:

 _Cada cual de vosotros, tendrá una visión opuesta…_ y continuó

_ La magia de sus tareas se realizará o quedará completa cuando las visiones, lleguen a un punto estable de concordancia y equilibrio… deben llegar a incluir el punto medio de las diferentes direcciones…

_¡¡¡Cada cual de vosotros, no debe sentir que el primero tiene el poder o mando sobre el segundo, y su voluntad no debe esgrimirse como castigo sobre el otro… porque desnivelarán los platillos y luego su armonía… y la armonía de mi creación!!!_ Rugió seguro, omnisciente y omnisapiente, en que sus normas eran adecuadas…

Por todas estas razones, les otorgó una personalidad… y la capacidad de corporizarse en caso de extrema necesidad… y si la máxima urgencia así, lo requiriese…

Unos mirarían a la izquierda en sujeción a los de mirada hacia la derecha… otros con vista hacia arriba sujetos a los de visión hacia abajo, además de los de ojos al norte en correspondencia de los que observaran al sur, y por último, estarían los que mirarían al este en contraposición y aliados a los que tuviesen visión del oeste…

Terminada la obra, les dijo claramente que no retornaran el uno sin el otro, ya que de hacerlo, irían una y mil veces a realizar la compleja tarea de cuidar su obra… no siendo reemplazados ni relevados de sus cargos, ya que las puertas del cielo, permanecerían cerradas…

Obtendrían las llaves sólo, cuando la balanza, no oscilara, ni un millonésimo de palmo sagrado… y allí en ese preciso instante, les bendijo con el don del sacrificio, del uno por el otro… como mayor entrega de amor, de cada parte de esa unidad… indisoluble…

Como dones extras, les confirió el amor, la compasión, la nobleza, y por sobre todas las cosas, la mejor herramienta: la veracidad,  pero ellos debían completar la templanza, la humildad, el valor y el arrojo como así también la certeza… todos valores indicativos incluidos en los fieles de las diferentes balanzas de las entradas de los cielos…

Sabían con exactitud, que no podrían mentir, ya que su amor, se apagaría ni bien lo hicieran… y  con esa falencia, estarían condenados a la oscuridad y abismo eterno…

Los Ángeles miraron las diferentes direcciones y rieron felices… ¡¡¡La tarea parecía tan fácil!!! Así es que partieron para hacerse cargo de los trabajos pedidos por el Altísimo…

Como seres inteligentes, antes de salir convinieron estrategias… cuando un camino se abriera en un sentido, tomaría el mando el mejor conductor y el otro se dejaría llevar, haciendo ejercicio de la humildad… cuando se abriera en sentido contrario, lo haría su compañero, y así, sabrían el camino de regreso… ambos tenían una parte de la verdad…

Cada cual era especialista en su sentido, y debía enseñársela con humildad y amor insuperable a su compañero, pero la misión debía completarse, sin lugar a dudas para su creador…

Era así también, que en la confluencia de cada dirección, se les había advertido se presentaría una encrucijada que deberían sortear, y sobre cómo o qué manera resolver… debían sin vacilación, razonar el uno con el otro… en gloriosa asistencia mutua….

Si alguno no desarrollaba su parte en el servicio, el otro debía compensar por su compañero y así… 

Se debían absoluta lealtad y colaboración el uno con el otro…

En esa reunión de salida, todos reían felices y entusiasmados…

Era un cuento de párvulos… casi como en los cuentos que Dios les dio para entretener a los niños humanos…

Todos estuvieron de acuerdo, con que dejarían señales como el de Hansel y Gretel… no habría oscuridad, ni demonios que temer…

Cada cual cargó energía y así descendieron por los delgados hilos de energía que penden de los cielos, hacia los diferentes mundos…

Llegados a la tierra, Hasiel y Hesterlina, felices iban realizando las diferentes misiones… pasando eones… casi, estaban completos… habían sorteado todas las pruebas… habían aprendido casi todas las direcciones…

El Altísimo los miraba satisfecho… su creación respondía como Él había pensado y designado… se complacía en su hechura…

Pero así fue que un día, cuidando a una ronda de niños en un planeta muy lejano, en la galaxia del Centauro, en ese lugar tiempo espacio se produjo un gran incendio…

La ronda de los pequeños se desarmó urgente, intuidos por estos servidores, pero una bella niña, quedó atrapada en un fuego cruzado…

Era tarde, no podía correr ni escapar de aquel infierno…

Hesterlina le dijo a su compañero que hasta allí se debía su misión con los niños, sin duda aquella pequeña estaba llamada a los estratos superiores, era su hora… pero Hasiel en su desesperación, se corporizó…

Levantó a la niña en sus brazos, desplegó sus alas, y así  consiguió ponerla a salvo… en ese instante un leño hirviendo lo hirió en el pecho, casi dejándolo sin fuerzas…

Hesterlina observó a su compañero, y este lentamente perdía su plumaje sutil  e iba convirtiéndose en un ser humano… lo había dado todo por compasión y amor incondicional, incluso olvidándo su propio destino…

Había utilizado la corporización: ¡¡¡El extremo!!!

Heserlina no sabía qué hacer…quería levantar a Hasiel, pero su estructura no podía con su cuerpo… y así decidió corporizarse también… junto con él…

Ambos se habían ido muy lejos en su misión, y estaban rozando la periferia…

Hasiel se veía muy herido y ambos por instantes habían olvidado todas las direcciones…

Sentados en una calle cualquiera de esa galaxia, lloraron sin consuelo…

Y fue así, que un coro de Ángeles los rodeó en auxilio… todos gritaban sobre las diferentes direcciones, y nadie entendía nada…

En ese preciso instante, un rayo luminoso, se abrió desde los cielos y una voz muy clara se escuchó entre truenos y relámpagos cantarinos…

Herselina debía completar el ciclo de la balanza… de lo contrario no volverían nunca a las puertas del cielo…

Debía completar el arrojo y el valor que hubo ostentado Hasiel al salvar a la pequeña…

Setenta veces siete se escuchó con claridad… y sonó a sentencia…

Una sensación de pánico y dolor, cubrió el corazón humano, ahora de Herselina…

_¡¡¡Setenta veces siete se dijo, casi es el valor de todos los niños de esa galaxia!!!

¿Cómo podría su sutilidad cubrir semejante desequilibrio?

Así fue que Hasiel, en su gran amor por su compañera, le contagió  su entereza junto a  su grandeza, y ambos decidieron  la asistiría para cubrir la misión que les faltara a ambos, para que juntos pudieran regresar… con la labor cumplida…

Sabían que los únicos peligros existentes en esta periferia, son la falta de confianza en la capacidad de amarse el uno al otro, y que esa desazón se asiste sabiendo que ninguno, a esta altura de su evolución, puede mentir sobre lo que ve, o siente…. Y que no hay demonio mayor en la oscuridad, que el miedo…

Ambos se abrazaron uniendo sus fuerzas eternas para siempre… sabían con certeza, lo lograrían… habían arribado a la visión mayor del fiel de todas las balanzas, nada más ni nada menos, que a la certeza…

Vitelmina Ahuir


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