OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Reconocimiento, identificación, identidad y libertad


Reconocimiento, identificación, identidad y libertad Había expresado en el anterior envío, sobre las divisiones del círculo… y creo me faltó mencionar, que la proporción alícuota sobrante, desde la división del diámetro en siete partes, aplicada en la extensión del círculo, nos da veintidós veces y queda un sobrante proporcional al primero… Vale decir, que completando las veintidós partes, sobre el ordenamiento de siete, la tarea está cumplida… Como desde la primera proporción, nos sigue asistiendo el ordenamiento del siete, u orden definido en siete partes (ídem al arco iris), la Biblia expresa que el tránsito por estos andariveles evolutivos, se respetan: “setenta veces siete”… Diagramados sobre la esfera, nos remiten al icosaedro, dodecaedro, etc… lo que ampliaremos… Los aprendizajes se graban en el ADN, respondiendo a esta transformación o mutación de los seres, según el caso… en estas “setenta veces siete”… Los antiguos maestros sabían de estos temas, transmitidos idénticamente desde la creación en general, motivo por el que comprendieron que: función, nombre y forma se corresponden idénticamente… son una misma cosa… Cada función tiene su nombre, también su forma y esta forma puede “transformarse” dentro del espacio tiempo… hasta mutar y culminar la misión en el tiempo espacio… De allí la importancia en la resonancia de los “nombres” y cantidades de letras, que cumplen una función en la forma… Si cambia el nombre de “reconocimiento” en el espacio tiempo, la función cambia, y por ende, también la forma… Liberar viejos karmas, es obteniendo dharmas, o créditos en el espacio tiempo… Los maestros adquirían créditos celestiales, mediante obras, en servicio al complejo reinante de seres en cada dimensión, en el caso del espacio tiempo, servicio a la humanidad… Las enseñanzas deberían impartirse setenta veces siete, y en maestro habría culminado su labor… Podrían cambiar la forma o transmutar, elevándose al “cielo”, “Nirvana” o como se comprenda, subiendo las “escaleras” de Jacob… Muchos de ellos, decidieron volver, por amor a la humanidad… Retornar, como en el caso del Maestro Jesús… El retorno se debe, a que la humanidad debe comprender estos estados evolutivos… aprehenderlos y sintetizarlos… para las generaciones venideras… Ese dicho particular: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, explica la síntesis de la vida… Dar vida desde lo físico… cuidar el planeta (plantas que calman las emociones y nos ayudan a respirar, eliminando anhídridos y liberando oxígeno) y por último sintetizar la comprensión: diezmo de cada uno de los individuos, para la “raza” como célula a servicio y en sacrificio de supervivencia por la especie… Es posible, que por ese motivo, la manera tribal o tribus, sean la correcta manera de vivir… de allí que la palabra “tribu”, se emplea tantísimas veces en la Biblia… y no porque no conocieran otra forma de vida, luego del hundimiento de la Atlántida… Según los datos de Platón, la Atlántida se sumergió bajo el “peso” de su propio “egoísmo”… terminando con lo que se conoce hoy, como la “cuarta raza”… según entiendo desde la multiplicidad de datos recogidos en años de estudio… que hacen a la bibliografía mencionada para comenzar… La primera raza conocida como “polar”, ha quedado descubierta a la luz, por medio de descubrimientos muy recientes… pirámides en el polo… Cada tribu, protegía a sus mujeres y niños, con una formación especial de estrella de seis puntas (símbolo del equilibrio: o merkaba) y cada niño aprendía de los “viejos” o “ancianos” de las tribus, la sabiduría que cada uno de ellos había forjado buenamente, respecto del vivir en concordancia y respeto con sus pares y la naturaleza… Hoy la globalización, anunciada por la “era de acuario”, tiende a una individualidad mal comprendida… Cada ser está en completa “soledad”, sin resquicio de no comprender su misión de servicio o su diezmo con la raza o humanidad… Individualidad, es la respuesta a descubrir el “individuo” que somos, o chispa “divina” o SER… crear “conciencia de SER”… No podemos “reconocernos” a nosotros mismos… y de allí parte la primera tarea de la humanidad… pero para ello, debe conocer la historia planetaria desde los albores, más allá de su constitución socio política, que responden a movimientos de “crecimiento en macro” de los Seres… y de manera parcializada… Reconocimiento… Sin este reconocimiento interno de quienes somos en realidad, se nos ha lanzado a buscar reconocimiento externo por lo que “somos…” y “siendo” proyectado en el exterior este Ser, tuvo que disfrazarse de mil modos diferentes para lograr ese reconocimiento… externo desde lo social primario: la familia y luego la macro sociedad… Un grito interno de “ámame” pues no “puedo amarme solo”… La eterna lucha y drama interno der ser humano… que se traduce en múltiples “egos” que terminan con su vida, formando “cánceres” y muertes lentas… de todo tipo… Vivirlo “proyectando” como en una película, para darse cuenta que lo proyectado provenía o proviene de ese Ser mismo… Darse cuenta, es tomar conciencia de Ser… Surgieron los “personajes” y “las máscaras”… fingir lo que NO SOMOS… Sólo se puede mirar con los ojos del corazón, despertando la intuición, pero para ello, debe existir el peldaño de la “razón”… “Amor incondicional y compasivo” es la llave de Isis sobre el corazón… la séptima dirección del cubo o tres dimensiones… El camino número seis del Árbol de la Vida, sustentación para transitar otros caminos más elevados de conciencia… el camino al desarrollo de las “virtudes”… que los griegos mencionaron en todos sus escritos… Pero sin razón no llegamos a la intuición… tarea de la Era de Acuario”… ver con los ojos del corazón… El Elohim, es la tarea para esta surgente era acuariana… De allí el comienzo bíblico: “Bereshit bará elohim”… en camino de la creación de Dios, trazado para llegar al Elohim… Con el hundimiento de la Atlántida, los Seres perdieron muchas de sus facultades extraordinarias, entre ellas la “intuición”… mirar a través del chacra o rueda energética cuarta, o del corazón… (Anahata: palabra hindú)… ampliaremos… Vuelvo al reconocimiento… Cada etapa del Ser, tiene una premisa fundamental a desarrollar en cada dimensión… En la nuestra, “recuperar” el RECONOCIMIENTO de nosotros mismos… como individuos y raza… todos partes de una misma “luz” creadora (Ain Aur)… la Nada que dio origen a la luz… Históricamente la falta de reconocimiento, dio origen a leyes espurias que se hicieron traslativas, incluso en vigencia en nuestro país, hasta el siglo pasado… Sin ir a la concepción socio política de Egipto, que se nos dejó plasmado a las orillas del Nilo, lo que en su momento ampliaremos, la manera de ascender, piramidalmente en escala hacia el “cielo”, y de la cual se nutrieron todas las culturas a las que ya me hube referido… Miremos lo que pasó de modo rápido hacia occidente… de donde nuestra colonización deriva… Si comprendemos a Grecia antigua, con sus “dos” capitales: Atenas y Esparta… la primera, cuna de pensadores… la segunda, cuna de “luchadores”… Unos propugnando la “libertad”, otros la conquista… Mientras que en parte de África, antes de la colonización y al día de hoy, política y socialmente, distribuidos tribalmente… incluso algunas partes de oriente y Arabia… a los que los conquistadores temáticos en la búsqueda de bienes para distribuir “sana y desinteresadamente”, han quitado forma de vida, idiosincrasia y evolución respecto de sus costumbres y “religiones”, que propugnaron el buen vivir… Más allá que las “conquista” del espacio y los inventos, debían conocerse, para mejor calidad de vida, nunca “esclavistamente” entre los pueblos… Desde esta etapa se conocen “esclavos y libertos”… La concepción egipcia primigenia, respetaba el andarivel evolutivo, incluyendo a todos, más sus respectivas necesidades… Sabían lo ocurrido a las razas anteriores… Con la ocupación romana y sus leyes, cuyo derecho copiaron los pueblos americanos del sur, el pensamiento griego quedó relegado por siglos… En su mitología, este tema del “reconocimiento del padre”, fue explicado a través del mito de Cronos y Urano”… Gea (la tierra) harta de dar hijos no reconocidos por su padre “Urano” (el cielo), urdió una trama con su hijo Cronos (el tiempo)… En la noche, cuando el cielo cubría a la tierra con su amor, Cronos, escondido en un pliegue de su madre, le cortó los testículos y los tiró al Ponto (mar)… con un falce… De las gotas de sangre caídas sobre la tierra, nacieron las “furias”… y del semen esparcido en el mar, Afrodita… El conflicto del reconocimiento ancestral del Padre cielo, no estaba presente… lo que trae “furia”… Afrodita, diosa de la armonía, del arte, y de los “valores” mundanos y espirituales… Símbolo de los VALORES… Este concepto que se hizo “tierra” o manifestación, cundió como ley… pero en Roma… La ley privada romana, daba el derecho al padre sobre el reconocimiento del hijo… a través de la “exposición…” La comadrona o partera, posaba al niño en el piso… si el padre lo levantaba, era reconocido, de lo contrario, el hijo era dejado en el portal a merced de su suerte… Muchos niños romanos, fueron criados por otras familias en condiciones de esclavitud, y con suerte, algunos fueron “libertos”… Algunos libertos llegaron a ser Caesares o Césares, y fueron los más nobles en sus mandatos, pues habían aprendido en carne propia la ofensa a no ser “reconocidos”… Al invadir Palestina y Judea, Roma llevó las mismas espurias leyes… que dio sin lugar a dudas, el pasaje bíblico de la matanza de los inocentes… (Época de Herodes)… Roma se sensibiliza al respecto, con el advenimiento de las leyes judías y estoicas… Se humaniza… pero no tanto para que en los “circos romanos” se pudiesen escuchar los gritos de : Ave César, qui mobitus sunt, te salutam” (Nosotros los que vamos a morir, te saludamos) gritos de los esclavos como gladiadores para entretenimiento de la “plebe”… Leyes romanas, que las diferentes religiones no pudieron redimir con sus “enseñanzas”… por desinterés, nunca por ignorancia… Nuestro país, con la redacción de su primer código en lo civil, con nacimiento de la idea en la época de Urquiza en 1854, “reconstrucción nacional” a cargo del civilista Dalmacio Velez Sarsfield, que pasa a regir el primero de enero de 1871, y que se aprueba a “libro cerrado”… nos trae más de lo mismo… Nuestro “ordenamiento nacional” adquiere la misma injusta base legal… de donde vienen los “niños expósitos”, apellido que se les dio a la multiplicidad de huérfanos que hoy llegan ese “estigma”… (Vean la película el Secreto de sus ojos: Ricardo Darín)… Hay una multiplicidad de ejemplos históricos respecto del reconocimiento de Nuestro Padre… Moisés, por ejemplo, tirado al Nilo, antes de ser “depositario de la misma suerte” de exposición o matanza, neta señal que los judíos sabían perfectamente el trato de los que la historia malamente llamó “esclavos” egipcios, en su época… El mismo Moisés, tiró las tablas haciéndolas añicos, frente a un pueblo que no quería “reconocer” a su Padre celestial, e “ira” .Este arranque de ira, karmáticamente le cuesta no llegar a la “tierra prometida”, como Maestro… mientras el pueblo judío “adoraba” un “becerro de oro” (Símbolo de Tauro, cuyo regente es Venus)… Es posible que el término “belcebú” o “bello cebú”, derive desde esa época… Incluso Pedro desconoció al Maestro Jesús, antes de su crucifixión… el tema fue de ida y vuelta… No reconoceríamos al Cristo mismo, menos al Cristo interior en el otro… ni en nosotros… Todas estas cosas he pensado desde la adolescencia, al recibir “Educación democrática”… Libertad esbozada en la Constitución Nacional… Libertad expresada en la Revolución francesa… en la Independencia de estados Unidos… Todos los pueblos proclaman “libertad”… el Maestro Jesús decía: “la verdad os hará libres”… Buscad el reino de mi Padre”… Hemos recorrido siglos, si la tan preciada libertad… Somos ficticios “libertos” de un país respecto del otro… “globalizados”… Pero cuando el hombre descubrió el fuego dentro de la tribu, primero aprendió a controlarlo… de lo contrario la tribu sería pasto de su propia “creación”… Nos hemos idos desconociendo a nosotros mismos… y en ese desconocimiento, forjando “identikits” o “personajes” o máscaras” o “identificaciones”… ¿Cuando la identidad lo da lo social? Si la Biblia expresa que un Ángel susurraba el nombre del hijo que llevaba en el vientre… en el caso de María: Gabriel… SOMOS una forma, con función o misión que lleva nombre…y debemos honrarnos por ello… Perdonemos nuestros errores y a quienes puedan errar “causalmente” para hacernos crecer… desde la palabra, corazón y mente… tres planos de manifestación… así sea… en todas las dimensiones… y en todas las direcciones… Vitelmina Ahuir
Osirión Principado del Ka

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