Pensando en el paraÍso (31)
Pensando en el paraíso…
Lejanas tierras de donde alguna vez partimos…
Sin otra herramienta, que un cúmulo compendio de ilusiones, que luego se desarman como el juego de una baraja interminable, que lentamente se despliega, para luego volver a fundirse en un solo maso…
Y el paraíso siempre seguirá siendo siempre la unidad… con un solo idioma, con un solo y diáfano color, con la sinfonía interminable que pulsa desde un mundo caótico de notas… pero cada nota, tiene un porqué en el diáfano del Universo… y ese diáfano es la Verdad Absoluta…
En el camino hacia la verdad, largos y estrechos senderos que convergen, y en cada vía sigue existiendo una minúscula parte de la misma, como miríadas de briznas existen a lo largo y ancho de su vereda…
Como en toda vereda y senderos, existirán y existen miríadas de flores, de mariposas, de aves, alimentándose y coexistiendo, así también espinas, insectos, todos momentos únicos e la misma fuerza… acontecimientos únicos de un solo crecimiento…
Nada es mejor o peor… nada es la felicidad o el dolor en su máxima expresión… sólo caminos y senderos que a veces se cruzan e intersecan, alimentando la ladera de una espiral evolutiva infinita…
En cada encrucijada, hay y habrá un momento de indecisión, pero cada decisión que tomemos, también puede ser la correcta o incorrecta… desde la mortal mirada, pero nunca, desde la inmortal esencia del paraíso… que será la certera…
Aun así, siempre estará la meta o llegada al paraíso… ese eterno Edén llamado conciencia… luz interminable, faro indeclinable, que aun en los momentos más álgidos del camino, nos descorre el velo de lo no comprendido, dejándonos siempre con el corazón nuevamente limpio…
Sólo el corazón es el faro, y desde ese faro, pulsa el amor indeclinable de vivir por uno mismo, dando lo mejor de uno mismo… un cántaro que se llena y vacía, y vuelve a llenarse, para volver a vaciarse… en un eterno amanecer y anochecer…
La existencia quita, la vida renueva… y en esa renovación, te encuentro…
Vitelmina Ahuir
