OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Amanecer...

Amanecer humano…

Propio es de la humanidad, la posibilidad de discurrir con certeza expresando cantidades…

Podemos inferir que contar, contarse, decir y decirse, en principio sobre cuántos procedían a existir en una tribu,  al comienzo de los ordenamientos sociales, fue el primer paso…

“Somos”: identidad y pertenencia…

Decir sobre el sembradío de la propia especie, que recién se aglutinaba en clanes,  resulto o fue imperioso, siendo luego lo que es y será para todo tipo de “expresión”; esta “medida” resultante desde un concepto de “necesidad”, y que,  como “necesidad” procedió en dicho albor, respecto del  alineamiento primigenio de nuestra propia organización universal, después de ser individual, social, y mundial, se considera “origen” de comprensión o primera síntesis…

Igualmente en el cerebro de cada uno de los participantes de la especie…

Contar pasos hasta el río más cercano en busca del agua, cronometrar el tiempo en días en las apariciones sucesivas del sol, o el recorrido de la luna, surge en el pensamiento humano, como una “necesidad” de orden, estableciéndose el concepto del “tiempo” en relación al espacio…

Tras ello, deviene la distinción de lo principal en desmedro de lo secundario o establecimiento de prioridades, pues el tiempo resulta siendo un recurso “no renovable” en el sentido existente…

Ya sea en diferentes culturas, de nacimiento tribal por cierto,  el humano hubo encontrado la idea de procedencia como “uno” (desde mí) y el establecimiento de puente convergente con  otro (al tú) como esa necesidad de expresión; el concepto de dos o existencia de un otro, desde donde parte el nacimiento del vocabulario, como nexo para restablecer la “unidad”, y en “unicidad”…

El vocabulario surge como enlace intermedio de dos partes alícuotas e iguales…

Para representar esas cantidades, en los registros de diferentes culturas, se utilizó la producción generosa del imperio del medio ambiente; desde palos, guijarros, frutos, nudos en cuerdas devenidos de lianas, etc… pero primariamente, los dedos, manos, brazos, pies y piernas…

La participación del medio con sus dadivosos  objetos, comenzó para la humanidad, cuando la necesidad de expresar mayores cantidades para ejemplificar, superaba los veinte dedos pertenecientes al uno o cada uno…

Al describir los sucesos que se narran, parece algo sencillo,  pero esta descripción lineal de integración humana, engloba el proceso de un tiempo espacio muy prolongado; surge como síntesis; es el establecimiento del primer ordenamiento cerebral o sinapsis, cuna o base de la codificación en macro, que vemos pasear frente a nuestros ojos, en el presente…

Sumerios…

La comunicación procede conjuntamente con la consideración del “conteo” o cuento (expresar a otro o decir a otro) antes de proceder la escritura…

Los primeros registros sobre los números se remontan en la historia en el valle asiático de Mesopotamia entre los ríos Tigris y Eúfrates...

En un giro universal mayor, que  concuerda con la aparición del tribal imperio de los Sumerios, quienes vivían en la misma zona mencionada,  se desarrolla y registra un sistema de escritura numérica conocido como cuneiforme, que la tradición nos presenta como cuna de la incipiente organización humana…

Tras esos sucesos, el uso se extiende por los mercaderes babilonios quienes utilizan este conteo para sus registros comerciales…

Utilizando un buril, construido con un palo en punta, a manera de triángulo, los babilonios establecen impresiones en tablas de arcilla que luego eran cocidas para su conservación, como documentos de dichas transacciones…

Egipcios…

En derredor del Nilo en África, los  antiguos egipcios también comerciantes y vendedores de sus productos e intercambio, utilizaron dichas tablillas, conservación de su diario existir…

El Nilo les ofrendó su magnificencia llegando a ser muy prósperos, necesitando entonces,  grandes números para convocar su producción…

Este paso provoca en el desarrollo humano, el desarrollo de un sistema numérico que se extendió hasta los millones, como estrellas describieron, acorde a la concordancia con las mismas…

Utilizando lo inmediato, es decir dedos, establecieron ese sistema decimal que describimos…

Mientras que en nuestro sistema numérico, es leído actualmente de izquierda a derecha, entre el pueblo egipcio se alternó, de izquierda a derecha en una línea y de derecha a izquierda en la siguiente, de la misma manera en que araban sus campos; doble alineación…

“Un tiempo para esparcir, un tiempo para cosechar el esparcimiento”…

Esta concepción dual de direcciones, amplió el sistema en una comprensión aun mayor…

Chinos…

La numeración en China, luego adoptada por linajes aledaños, también en concepto decimal, incluyendo el conocimiento de nueve piezas, además una pieza extra para las decenas, centenas y millares…

La diferencia radicaba en la dirección con que se leían…

Entre los chinos y orientales fue establecida en sentido vertical leyéndose de arriba hacia abajo; imperio de la distribución del uno, en sentido descendente…

En un número, el primer símbolo indicaba la cantidad del segundo símbolo y el tercer símbolo la cantidad del cuarto y así, sucesivamente…

Siendo el número o el conteo “cuento” impuesto desde la necesidad comercial en la concepción humana, y como establecimiento neuronal de “orden”, lleva al despertar interno en cada uno de los participantes del género igualmente, el distanciamiento y disrupción o ruptura de la “Unidad”…

Vale decir que, conjuntamente con el conteo,  también el flagelo de la “discriminación” se labra, perdiéndose entonces, la espiritualización del género humano, o procede la desvinculación con la “Unidad” o “Unicidad” de las cosas…

Griegos…

Resurge con Pitágoras recién el Edad de Oro, la espiritualización del número, a través de la concepción sofista y neo sofista, de la participación de la “cantidad”, en la calidad de los espacios musicales, que conectan “el talento” numérico a las fracciones musicales, que exaltan al alma, buscando desde el silencio, a la música de las “esferas”…

Vitelmina Ahuir



 
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