OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Sexto camino (2015)

 

El sexto camino

 

Dos veces tres, el sostén de la dualidad…

Toda la concepción kabalística, se fortalece, reivindica y recrea en el concepto de la dualidad…

Dos partes: Creador y Creación; hombre y mujer…

El sexto camino, es la culminación o “techo” de la primera pirámide, o pirámide inferior, si nos situamos desde el ascenso y última, desde el descenso…

Esta pirámide ya descripta, es denominada en el lenguaje kabalístico, como el ámbito de la esposa o del micro prosopo (Magnético), siendo la siguiente en ascenso, (Qué ya describiremos) la el macro prosopo, el ámbito del esposo (Eléctrico)…

Lo que ocurre idénticamente, en cada una de las cefiras, pero invertido:

Superior magnético, e inferior eléctrico, salvo La Corona (JKether: emanación) Malkut (Magnetización)

Volviendo a mirar el árbol detectaremos dos puntales, que se plasmaron físicamente,  desde la época del Rey Salomón y en la maqueta construcción de su Templo, con las columnas: Jakin y Bohaz, acorde a los textos bíblicos del libro de Reyes, herencia de los Salmos de David, su padre:

“Y creó los pilares en el pórtico del templo, y erigió la columna derecha, y llamó su nombre Jaquín, y alzando la columna izquierda, llamó su nombre Boaz.…”

El pilar de la derecha llevaba el nombre de Jaquin y el de la izquierda el de Boaz.

Los nombres, grabados en sendas columnas, como medidas específicas e incluso con materiales y colores específicos,  son las dos primeras palabras de dos inscripciones provenientes de los Salmos del rey David:

“Jehová establecerá  (Jaquin ) tu trono para siempre”

“en la fortaleza (Boaz) de Jehová se regocijara el rey“

Desde los albores de la civilización, la entrada a los lugares sagrados, religiosos o de misteriosos han sido custodiados por estos dos pilares...

Ya sea en el concepto artístico o arquitectónico, los dos pilares son símbolos arquetípicos que representan una importante puerta de entrada o paso hacia lo desconocido, y lo desconocido, es el mundo interior del hombre como  raza humana, y como herederos y administradores del reino….

Las columnas poseen dos colores,  la  blanca (Síntesis de todos los colores) que sería Jaquin, emblema del sexo femenino, y  la negra que sería Boaz, emblema del sexo masculino (El misterio y porción a descubrir).

Para la Kabalah  son los dos pilares situados a la izquierda y derecha de del árbol de la vida y representan la misericordia y la fuerza…

El continente y el contenido; el cuidador y lo cuidado; los sensible y lo fuerte…

Este portal, que la cultura helénica, direccionaría llamándolos: Los Pilares de Hércules…

Puntales que vistos desde el  frente, se ven de una manera, y desde adentro de otra, dando la pauta que estos sostenes, tienen en su complemento, la cantidad idéntica, la cualidad idéntica, el concepto idéntico, y su disposición idéntica…

Se denomina la columna o fundamentación del rigor:

1.       Binah: Saturno;

2.       Gevurat: Marte;

3.       Hod: Mercurio;

y a la derecha, la columna de la Misericordia:

1.       Chokmah: Urano;

2.       Chesed: Júpiter;

3.       Netsah: Venus;

quedando una central, que es la del equilibrio y la justicia…

1.       Keter: Neptuno

2.       Daat: Plutón (Una cefira sin construir totalmente)

3.       Tipheret: Venus

4.       Yesod: luna

5.       Malkut: tierra

La última o undécima (11) cefira, es la tierra… kabalísticamente hablando, el plano tridimensional, donde cada individuo integra, luego ejerce su “maestría” a partir de su don creativo, donde se experimenta la dualidad de los consortes…

Por ello, es que todos somos Maestros y a la vez, aprendices…

Más la relación que se instala entre uno y otros, es el “voluntarioso”  ejercicio de la “voluntad absoluta” de la Seidad o Dios…

No existe Maestro sin aprendiz y viceversa…

Las relaciones se instalan en una recíproca extensión de dar y recibir, amorosamente del otro…

Este es el sexto camino: el amor sin condiciones…

Es la pirámide de la esposa, lo femenino, que exalta las virtudes de la madre, la fecundidad y el nido…

Aquel amor que lo da todo, y no exige nada; el que ayuda a curar todas las heridas, desde el principio de la venida al tiempo espacio y redime; fuerza que se apoya en la luz y su diversidad; energía que sirve para evaluar sin críticas, más apoya y sostiene a continuar; fuerza atractiva que enseña y aprende siendo maestro y discípulo a la vez; energía que permite mirar al otro como en un espejo, y verse a sí  mismo; energía voluntariosa que otorga admiración por el otro y ayuda a esclarecer errores con paciencia; y en cuya admiración se fortalece el enamoramiento (fuerza energética magnética de unión) entre ambas partes, enamoramiento por la vida, y también la por existencia…
Vitelmina Ahuir


 

 


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