Dime (18)
Dime…
Duende, niño y hombre, cuando tanto te amo
soy yo para ti, esa tierna mirada
que dulce y tranquila se ofrece en la calma,
y también soy celos, angustia que embarga…
Temo mil espectros, sensuales palabras,
cubriendo furtivos encuentros tan ígneos,
que cubren mis venas de muy duras zarzas,
grotescos fantasmas, ardiendo en sus llamas…
Soy también los miedos, que ver se desprenda
de la nívea estela que viste tu cama
hilado de sabanas tendiendo fragmentos
de fuego y sonidos, salir de sus tramas…
Hilos que enredando, deseosa asomada
ninfa sigilosa aguarda cautiva de tus manos albas…
Rondan tristes sombras, señoriales modos
de encuentros en sitios, ocasión de años,
espectros formando, mi aciago fantasma…
Duende, niño mío, que sombra agiganta
soy así tan solo ese par de alas blancas
que en caricias tiernas, por las noches calmas
llegarán furtivas al filo de tu alma…
Vierte de su aliento, para ti tan sólo
ternura tan tibia en la dulce nana…
Soy aquella que ama, tu figura de hombre
y cuan dulce niña, velando tu sueño,
día a día, así te acompaña…
Aleteo quedo que hasta madrugada
alzando su vuelo junto con el sol cubre retirada,
queriendo escuchar de tus dulces labios
detalles pequeños y breves palabras,
que extingan fantasmas, y calmen las llamas…
Duende de mis sueños, ampara mi alma
dime esas palabras que mi ser reclama
con tu dulce dicho y en mi centro arda,
dime, tan solo hoy y por una vez,
que aún hoy, tú... me amas…
Vitelmina del Valle Ahuir.