Intencionalidad
Intencionalidad
El símbolo de la balanza es por demás importante en esta cuestión de mirar el observador, por lo que ahora deberíamos arribar al tema de la intencionalidad…
Habíamos expresado, que el punto medio entre el cerebro y corazón es la lengua, es decir, la parte de nuestro cuerpo que sin duda tiene que ver con la creación de la realidad externa…
El diálogo, tanto interno, es decir con uno mismo y el que se entabla con el entorno, procede como dijimos del tiempo secuencial, lógico y por lo tanto al mundo conceptual del actor…
Nos manejamos con conceptos pre establecidos o concurrencia de la “significación” interna…
Es importante, ya que en este diálogo ingresa la gestalticas o la manera en que acompañamos con manos, brazos, y gestos, incluso la mirada , cada uno de los diálogos…
No podemos ver lo que el otro tiene en el corazón y su cerebro, pero sí cada uno de nosotros, debe tener un corazón limpio y un cerebro sin pre juicios o pre conceptos sobre lo que dialogamos con el otro…
Si existe el prejuicio o pre concepto, sin duda, no estaremos escuchando el diálogo del otro, sino el nuestro propio…no hemos establecido un puente seguro por el cual transitar…
Por ello es importante, que nuestra balanza permanezca en equilibrio y totalmente vacía de todo tipo de cuestionamiento interno particular…tanto conceptual como emocional…
La intención es una concurrencia entre el pensar y el sentir…de allí que el tema de la inocencia siempre debe primar en la escucha o la mirada del acontecimiento en particular…
La intención del actor, debe guiar la balanza al equilibrio, vale decir, que en una relación primará siempre el intercambio…
Tenemos un ejemplo palpable en la Biblia, cuando Dios se refiere al regalo de Caín como falente…”El vio que su ofrenda no era desde el corazón”…
Si en el intercambio, una de las partes se beneficia y el otro no, significa que hemos perdido una posibilidad de aprendizaje…
El amor caritativo, solidario o de amor incondicional, supone ese intercambio energético que debe tener como finalidad el crecimiento de ambas partes…es decir, el bien común…
Así procede entre relaciones personales como también en relaciones sociales de otros tipos…como por ejemplo, relaciones comerciales, trabajo…
Si aún, tendiendo nuestro puente con inocencia y limpieza de nuestra parte, sucede la inclinación de la balanza, es momento de dilucidar si de nuestra parte hubo una situación de culpa…o desconocimiento, es el momento de ”prueba error” aquilatamiento o comprensión de una nueva coordenada que no teníamos bien “aprehendida”…
Todas las culturas han sustentado sus códigos de convivencia acorde a la intencionalidad…
Así, desde el Código de Hammurabi....
Otro claro ejemplo, son los Diez mandamientos y podemos detenernos en muchos inicios de de las leyes sociales…
Cada Ley antigua, reconoce entre intención o “dolo” (mala intención) o simplemente “culpa”…(sin intención, es decir, desconocimiento) igualmente procede en nuestras leyes modernas…
Así también funciona en la Ley Universal de “Causa y el Efecto”…
Cuando el actor no incluyó alguna coordenada metal respecto de determinada situación, procede a no ser “castigado o culpable” por lo que desconoce…
Es así, que una multiplicidad de Seres humanos, y aunque ello nos duela mucho, van por la vida gobernados por un espíritu “grupo”, parecido al que rige a animales muy evolucionados en la escala de aprendizaje…
Es por ello que la India por ejemplo, escindiera a sus habitantes en “castas”…
Las castas en la India no eran solamente sociales en la antigüedad…hacían referencia al grado evolutivo que había alcanzado el Ser…
Por ello que los Sudras o “casta” de esclavos, debían ser “gobernados” con amor, dentro del “Sistema” social y cultural…
A mayor conciencia, mayor responsabilidad…es así, que nos detenemos tanto en el símbolo de la balanza…
Este platillo interno o herramienta, debe buscar en nosotros cada resquicio o elemento mal utilizado en el pasado y proceder a desatar o desnudar…
El platillo se equilibra adentro por medio de las “inteligencias” que hemos explicado…
En Egipto a este observador, se lo simbolizaba como un chacal o dios Anubis…
Anubis o el chacal, se encarga de comer todo resquicio de “suciedad” interna…
Este animal simbólico, eran seguidos por los beduinos, al perderse en el desierto, ya que estos siempre merodean en las tierras cultivadas por el hombre…
El símbolo nos muestra, que “este observador” nos llevará a la luz de la creatividad interior…la propia luz interior…el sembradío de los hombres, acorde a esta visión…
La figura de Anubis, porta un báculo o bastón de mando, que los egipcios denominaban “cetro Uas”…es el símbolo de la arteria que baja desde el corazón e irrigando, la parte inferior del cuerpo, relacionado con los tres primeros chacras…
Vitelmina Ahuir
