OSIRION PRINCIPADO DEL KA

Aín segunda parte...

Aín Segunda parte…

El corazón como una hermosa gacela brincando en la sabana, es quien se asemeja a la “mujer sumisa” y su voluntad creadora.

La gacela no es “depredadora, ni tampoco feroz”, pero sí, salvaje e indómita por naturaleza.

Esto alude al secreto de los dos círculos de la letra Shamek; un círculo exterior y estático, que sostiene la caída de la letra hebrea Nun,  el dinámico e interno, dirigido en definitiva por la Providencia Divina de la letra Aín.

La armonización de los círculos, aluden al “enlace”, que se desarrolla en el Aín, o “Nada”.

Volver a la “nada o punto cero”, es instalarse en el “inicio” o centro de la crucifixión” del espacio tiempo, puntal interno del desarrollo y prosperidad de la coherencia.

 

La coherencia es un estado primario en que el corazón, la mente y las emociones trabajan en sincronización, estableciendo el equilibrio humano, del cual depende su “Creación”.

Cuando existe coherencia emocional, física, mental, se está espiritualmente “en inspiración” o conexión con lo divino o “esencial”.

Sin dicha conexión espiritual, los cuerpos: mentales, álmicos y físicos se desordenan, provocando disturbios externos o de “evocación”, que se entrelazan a la “proyección”, de Ley Causa y Efecto.

La Ley de Causa y Efecto es atemporal; los efectos se extienden a la formación “álmica”, traslativa  al espacio y luego, por fin, al mismísimo tiempo o “fabricación resultado”, ya que el tiempo responde a la formación de A.D.N. por lo tanto acción y transmisión.

Realizando una concordancia con la energía  que se vislumbra en las “Doce tribus de Israel” específicamente a la hora “sexta”, encontramos en la Biblia:

Lucas: 6:5

Los discípulos recogen espigas en el día de reposo

1 Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos.

2 Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo?

3 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aún esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban?

4 ¿Cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él?

5 Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aún del día de reposo.

El hombre de la mano seca

6 Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha.

7 Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle.

8 Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie.

9 Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar la vida, o quitarla?

10 Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada.

11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

Elección de los doce apóstoles

12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.

13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:

14 a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,

15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote,

16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.

Jesús atiende a una multitud

17 Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;

18 y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados.

19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.

Bienaventuranzas y ayes

20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.

23 Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.

24 Mas!! Ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo.

25 !! Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. !! Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.

26 !! Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

El amor hacia los enemigos, y la regla de oro

27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;

28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.

29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.

30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.

31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿Qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.

34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.

35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

El juzgar a los demás

37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

39 Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?

40 El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.

41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

Por sus frutos los conoceréis

43 No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.

44 Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.

45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Los dos cimientos

46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.

48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.

49 Más el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.

Rebelarse en contra de alguna circunstancia, del comportamiento exterior de algo o alguien, no entiende libertad.

Despunta el amanecer con una cierta reserva de energía para cada miembro que reside bajo el sol; el “maná” que puede ser imaginado como un vaso lleno de agua.

Sin embargo, cada vez que se invierte tiempo en perseguir a la “gacela” para ser “depredada” por malos sentimientos, se consume  el vaso de agua, produciendo una importante sequía, por así describirlo, en cualquiera de los cuerpos, produciendo incoherencia.

De este modo se aprecia el entender que el ojo posee “cinco poderes Divinos”.

En los salmos, encontramos dos versículos en relación a la Providencia de Dios sobre el hombre.

 Uno dice: "El Ojo de Dios está sobre el que es temeroso de él".

El otro asevera:

Malkut está constituida y dirigida por los “cinco poderes”, el secreto del ojo izquierdo de Dios.

Por esta razón, en el primer versículo "Ojo" está en singular, refiriéndose sólo al ojo izquierdo.

En la "figura masculina", correspondiente a los “seis atributos emotivos del corazón”, la Providencia refleja el balance entre las cinco bondades junto con los cinco poderes de Dios.

Motivo por el que, en el segundo versículo, aparece la forma plural "ojos", en referencia a ambos Ojos de Dios.

Salmo 42

1 Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.

2 Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?

3 Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me echan en cara a todas horas:«¿Dónde está tu Dios?»

4 Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.

5 ¿Por qué voy a inquietarme?¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

6 Me siento sumamente angustiado; por eso, mi Dios, pienso en ti desde la tierra del Jordán, desde las alturas del Hermón, desde el monte Mizar.

7 Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.

8 Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el SEÑOR mande su amor, y de noche su canto me acompañe.

9 Y le digo a Dios, a mi Roca:«¿Por qué me has olvidado?¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?»

10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos ante la burla de mis adversarios, mientras me echan en cara a todas horas:«¿Dónde está tu Dios?»

11 ¿Por qué voy a inquietarme?¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

El ojo en singular encierra una referencia oculta al "ojo siempre abierto" de Kether, o la supraconciencia.

Aquí, el singular es el secreto que "todo es correcto", como está escrito "no hay lado izquierdo en el “Anciano de los días”, todo es derecho".

La sumisión a Dios, es el recipiente del alma para contener y revelar este tan escondido y supremo nivel de Providencia, que se expresa como temor reverencial, frente a la percepción de la Luz Trascendente de Dios, permeando cada punto de la realidad, como se enseña el secreto de Shamek.

En el servicio Divino del alma, estos tres niveles de Providencia corresponden a las tres etapas de servicio:

1.     sumisión,

2.     separación, y

3.     dulcificación

Todo esto lleva a la enseñanza fundamental y que incluye a todas, en relación a la "Providencia Divina particular".

Por todo lo expresado, aún la más pequeña o minúscula de las acciones propias es observada y registrada en el Kether o Arriba, lo que “indica o señala al pensamiento generador” en su estado de sumisión, al Reino de los Cielos, cuya Ley y Orden controlan al Universo propio y proyectado.

El Uno entonces, es experimentado como los Ojos de Dios que observan, proyectan y custodian “aleatoriamente” a cada uno de los existentes bajo el sol.

Esto hace percibir, la separación existencial entre sagrado y profano, justo y e injusto, a identificarse con el bien, como acción, o en reversa, con sus propios y naturales resultados.

Toda acción es correspondida con una reacción. Proyección e introyección.

Finalmente, se experimenta el Ojo Infinito de Dios dirigiendo toda cosa creada hacia la definitiva realización de su cometido, llevando de esta manera a toda la Creación, a consumarse en su Propósito Divino, en el Uno como Totalidad.

La unificación del propósito, es el secreto de endulzar, o equilibrar armónicamente.

Aín se referencia a los ojos como paridad y sus correspondientes pares de nervios ópticos ingresando al cerebro. Uno mira hacia abajo y el otro hacia arriba, produciendo la manifestación de la letra hebrea décimo séptima, llamada Phe o Fe.

El ojo derecho mira hacia arriba hacia la luz, el ojo izquierdo mira hacia abajo hacia la Palabra de Dios.

Como conexión de la visión física, representa los colores del espectro; un verdadero manantial.

Al pacto del arco iris. Unificación del cíclope, o “tercer ojo”, el "ojo buscador" del alma, mirando hacia arriba en busca de Dios. "Contemplando sólo al Rey", esto es, a la Providencia Divina, y la mirada de Dios al observar hacia "abajo" para ayudar a los demás.

El ojo del alma viendo unificación, santidad y bendición o bien decir.

La fuente de la sabiduría y la habilidad de percibir sabiduría.

La oveja mira hacia el pastor; El pastor vigila a su rebaño, sean ovejas o cabras.

Hace alusión a los siete días de Creación, como así también a un pobre recibiendo de un rico.

Recuerda la separación que produjo la ruptura o caída del Templo en el año “setenta” DC.

Shammai: los siete juntos; Hillel: el seis separado del siete.

( Shamai es casi invariablemente mencionado junto a Hilel, quien representaba la escuela halájica opuesta.

Las tradiciones acerca de su vida y carácter sufrieron un fuerte sesgo anti-Shammai por parte de las facciones favorables a Hillel tras la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 d. C.

Sin embargo, las tradiciones legales sugieren que antes de la rebelión judía del siglo I, predominaban las concepciones más estrictas de Shamai y su escuela.)

La humildad e inocencia de la letra Nun como agua primordial, agregando regocijo en el servicio a Dios, e incorporando en si la Voluntad del Creador,  como integración de los factores opuestos complementarios.

La plegaria silenciosa: el corazón hacia arriba y los ojos hacia abajo.

Numéricamente representa al Setenta:

Setenta sollozos del alma durante su "labor". Setenta sollozos de los dolores de parto del Mashiah.

Setenta años del exilio Babilónico.

Setenta bueyes sacrificados en Sukot.

El Sukot se celebra durante “ochos días”, desde el 15 al 22 del mes de Tisri (Tishréi en hebreo: es el primer mes del calendario, que comienza con la Creación del mundo, y el séptimo según el ordenamiento de los meses en la Biblia, comienza por Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto.), que suele ser entre septiembre y octubre, dependiendo del año.

El tiempo en que el pueblo de Israel, tras su salida de Egipto, anduvo errante por el desierto habitando en sencillas tiendas o cabañas, de ahí el nombre de la fiesta.

Fiesta o festejo:

Esta celebración, se fundió con otra de carácter agrícola, la fiesta de la vendimia y de la cosecha.

En recuerdo de ambos hechos, cada familia “construye” una cabañuela o suká en un lugar a cielo abierto, en la que es costumbre, se elaboren comidas durante el “tiempo fijado”, en especial la cena de la primera noche como inicio de la “manifestación” del “octavo día”.

La suká debe ser una pequeña construcción temporal que tiene al menos “tres paredes” y cuyo techo debe estar cubierto con ramas y hojas que protejan de la luz del sol pero que permitan ver la luz de las estrellas, para recordar al hombre su “confianza” en el Creador, del que viene toda ayuda.

Setenta años de vida; Setenta sollozos del siervo durante su labor.

Setenta almas judías que descendieron a Egipto.

Setenta ancianos elegidos por Moisés

Setenta sabios del Sanhedrin.

Setenta años del Rey David.

Vitelmina Ahuir


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